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El TS avala duras condenas para los patrones de un cayuco infernal

TINERFE FUMERO – EFE | Santa Cruz de Tenerife / Madrid

La deshidratación y la hipotermia acabaron con la vida de algunos tripulantes. / EFE

Fue uno de los peores episodios de aquella catástrofe humanitaria, si es que el horror admite graduación. Aquel cayuco que llegó en la tarde del 11 de julio del año 2008 a Playa de Santiago (Alajeró, La Gomera) procedente de Mauritania con cuatro cadáveres tras haber arrojado al mar a un número no determinado de pasajeros se ganó la etiqueta de cayuco de la muerte. Ahora, el Tribunal Supremo confirma las condenas de 18 años y medio de cárcel para los cuatro patrones de aquella embarcación, corroborando la decisión de la Audiencia provincial de marzo de 2011.

En concreto, la Audiencia consideró probado que los cuatro procesados -dos ciudadanos de Guinea Bissau y otros dos de Senegal- eran conscientes de que llevaban el cayuco sobrecargado cuando salieron de Noadibú y también que no contaban con suficientes provisiones para el viaje, a consecuencias de lo cual fallecieron al menos cinco personas, ya que uno de los supervivientes murió al día siguiente en el Hospital de La Candelaria.

De lo terrible del viaje da cuenta el hecho de que el agua y la comida se acabaron al tercer día de la travesía (para un total de siete) y los pasajeros del cayuco sufrieron “una situación generalizada de debilitamiento y deshidratación” que condujo a la muerte en alta mar a un número indeterminado de ellos, cuyos cadáveres fueron arrojados por la borda por los acusados. Sin embargo, los cuatro acusados llegaron en buenas condiciones. La sentencia que ahora ratifica el Supremo declaró a cada uno de los acusados culpables de cinco homicidios por imprudencia y de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros por favorecer la inmigración clandestina.

El fallo condenó a los procesados a seis años de cárcel por delito de favorecimiento de la inmigración ilegal y a dos años y medio por cada uno de los cinco delitos de homicidio imprudente.

Cabe recordar que la Fiscalía solicitó en su día 67 años de prisión para cada acusado, la mayor pena solicitada en España por este tipo de casos. A su juicio, los homicidios eran dolosos.

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En el último gran año de la catástrofe

Aquel 2008 fue el último gran año de la terrible catástrofe humanitaria derivada de la incesante salida de cayucos desde el contienente africano hacia Canarias. Según datos de la Delegación del Gobierno, entre enero y diciembre del año siguiente habían arribado a las costas canarias 2.242 sin papeles, un 75% menos que en 2008, cuando los inmigrantes irregulares llegados fueron 9.066. Esta reducción es aún mayor si se compara con 2006, el año de mayor llegada de indocumentados en Canarias, cuando desembarcaron 31.859. Miles de ellos perecieron en alta mar, dando forma a una catástrofe sin precedentes y grabada para siempre tanto en la mente de los canarios como en la de los ciudadanos de los países emisores.

Lo peor de dicha catástrofe humanitaria es que, por razones obvias, se desconoce su magnitud. Así, sólo se pueden certificar 45 fallecimientos por esta causa en las causas canarias durante aquel 2008, cinco de los cuales pertenecen al cayuco del 11 de julio de 2008.

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