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“Iron Butterfly cambió en los 60 y 70 la música ‘rock’ en todo el mundo”

En primer término, el bajista Lee Dorman, durante una actuación de Iron Butterfly. / WWW.BRYANROSEN.COM

SANTIAGO TOSTE | Santa Cruz de Tenerife

No es nada infrecuente que las leyendas comiencen a construirse apenas sin hacer ruido. En 1966, en plena efervescencia pop y rock, cinco jóvenes, Ron Bushy, Darryl DeLoach, Danny Weis, Doug Ingle y Jerry Penrod, crearon en San Diego una banda a la que dieron el curioso apelativo de Iron Butterfly (Mariposa de Hierro). Dos años más tarde, editaron su primer disco, Heavy, con un puñado de buenas canciones, como la que le da título al álbum, que ya apuntaban directo al corazón de la psicodelia, pero que en ese momento no llegaron a granjearse un éxito masivo.

Pero he aquí que poco después, en 1968, una renovada formación, que dio entrada al guitarrista Erik Brann y al bajista Lee Dorman, y en la que solo permanecían Ron Bushy (batería) y Doug Ingle (vocalista y teclados) de la banda original, saca un disco, In-A-Gadda-Da-Vida, y un tema del mismo nombre que hoy forma parte de una gloriosa historia que aún no ha concluido.

“Como otras bandas de rock de los 60 y 70 -apunta Lee Dorman (1942) en esta charla mantenida con DIARIO DE AVISOS-, Iron Butterfly cambió la música en todo el mundo”. “Sí -agrega el artista norteamericano-, si hoy echo la mirada atrás, compruebo con satisfacción que tuvimos grandes momentos, además del honor de compartir escenario con muchos de las figuras de la historia del rock”.

Los Iron Butterfly han actuado esta semana en las Islas, llegados de Barcelona. La actual formación dio el jueves un concierto en el Aguere Espacio Cultural de La Laguna, y el viernes en el Teatro Felo Monzón de Las Palmas de Gran Canaria. En más de 40 años de recorrido, la banda ha sufrido múltiples vicisitudes (periodos de latencia, marchas y llegadas de miembros incluidas, así como el fallecimiento de dos de los músicos que en algún momento formaron parte de ella, Philip Taylor Kramer y Erik Brann).

De vuelta a la carretera

En 2004, y a iniciativa del batería Ron Bushy, Iron Butterfly volvió a la carretera, esta vez con Bushy, el propio Lee Dorman y los nuevos Charlie Marinkovich (guitarra) y Martin Gerschwitz (cantante y teclados). “Charlie y Martin son grandes músicos y no hubo ningún problema para que se integrasen en nuestro sonido”, apunta Dorman, quien también comenta que “las giras son siempre muy duras, pero, al mismo tiempo, algo muy grande”. “Lo mejor, sin duda, es seguir teniendo la oportunidad de tocar frente a miles de personas y hacer muchos amigos”, recalca. “Lo que peor llevo, como otros son estos viajes interminables”.

La experiencia ganada en todo este tiempo, hacen que Dorman afirme que apenas halla diferencias entre el público de uno u otro lado del océano. “El poder del rock es el mismo en todo el mundo -asevera-, pero quizás la gente del Sur de Europa sea algo más caliente y entusiasta”.

Y claro, si hablamos con uno de los artífices de Iron Butterfly, es inevitable aludir a In-A-Gadda-Da-Vida, el tema de 17 minutos que ha formado y forma parte de la banda sonora de tantas y tantas personas: “Fue la canción que nos abrió la puerta a las grandes audiencias en Estados Unidos, y es curioso cómo hoy, tras tantos años, los que vienen a nuestros conciertos, cualquiera que sea su edad, continúan queriendo oírla”.

Lee Dorman admite que, como en otras tantas facetas de la vida, hoy no es buena época para la música. “Sobre todo, para los jóvenes que echan a andar con sus bandas -argumenta-, pero la esperanza es que este mal momento pase pronto, y que todos sigamos empeñados en ofrecer a la gente buenas noches repletas de buena música”.