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La crónica de Andy > Karl McLaughlin

Soy Andy, el chico inglés de la peña Armada Sur. Me fui de esta vida hace muy poco, circunstancia que me impidió ocupar mi sitio de siempre ayer. No obstante, desde la grada muy alta donde vivo ahora he podido ver a todos, sobre todo a mis compañeros de peña y a nuestros vecinos del Frente Blanquiazul, que corearon mi nombre al inicio del partido. Gracias, de corazón.

Mi nueva situación me hace recordar el famoso comentario del mítico Bill Shankly, el técnico escocés del Liverpool de los años 70, que decía que “el fútbol no es cuestión de vida o muerte: es mucho más importante”. Creo que se refería al Tenerife y a mí. Aquí arriba, donde la vida se lleva de otra manera, muchos no entendían mis prisas por vestirme de blanquiazul ayer y saltarme el desayuno para ir corriendo a reservar sitio en el mirador que da al Heliodoro de mi alma.

¿Qué he visto? Desde luego, no al Tenerife que estaba acostumbrado a ver antes de partir. Ha cambiado y para bien. Demostró espíritu y fe, cualidades que se reconocen fácilmente aquí arriba. Cuando peor lo tenía, no sólo empató sino se llevó la victoria, gracias al gol cabeceado de Pablo Sicilia, quien acudió pocos minutos después a la grada para ofrecer su camiseta a mis padres. ¡Qué detalle!

La victoria hizo justicia, no cabe duda. Incluso mis nuevos compañeros, aún siendo menos forofos que yo en esto del fútbol, reconocieron que el Tenerife había merecido ganar. Coincidieron conmigo también en que el nuevo lateral, Raúl Llorente, es un pedazo de jugador, igual que Luismi Loro, el del magistral gol del empate. Decía Bill Shankly también que “un equipo de fútbol es como un piano: necesitas a ocho que lo muevan, y tres que sepan tocar”. Con que uno más del Tenerife empiece a tocar como Llorente y Loro, tendremos un gran equipo y no habrá que recurrir a balones altos y largos, como ocurrió ayer en demasiadas ocasiones. A lo mejor lo hicieron por mí, para que pudiera ver el balón más de cerca. No hace falta, veo perfectamente. Es un mirador estupendo.