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La incógnita del rédito petrolero > Manuel Iglesias

Uno de los argumentos importantes que se usan para ver favorablemente la posible explotación de petróleo en aguas cercanas a las Islas es la de un rédito económico para el Archipiélago, en función de las industrias que se podrían instalar y que generarían empleo, dicen los defensores.

A ese respecto, el ministro de Industria, José Manuel Soria, tiene una posición directa, la de que Canarias “con un 30 por ciento de paro no está en condiciones de poder prescindir de esta actividad” si queremos introducir un nuevo elemento de posible creación de empleo y aumentar el peso de la industria en el PIB regional, a lo que se añade la consideración de que España “no puede permitirse infrautilizar sus recursos energéticos”.

Este último punto es importante, porque señala claramente que se trata de un tema que en el Gobierno central se considera no “un asunto canario”, sino de posicionamiento estratégico en relación con los intereses nacionales. Y apunta a algo que ya se ha dicho en esta misma columna, que si de verdad hay petróleo y es rentable sacarlo, más tarde o más temprano alguien lo va a extraer, desde España o desde Marruecos, porque son de tal importancia los intereses de origen externo a las Islas que difícilmente se va a renunciar a ello.

Respecto al impacto laboral, que tanto entusiasma a Soria, tal vez conviene un punto de mesura. Hace años entrevisté a Rafael Caldera, entonces presidente de Venezuela, y habló de la importancia del petróleo en el país y me despejó algunas dudas que planteaba sobre la aparente contradicción en las grandes cifras del paro en Zulia, el estado petrolero, y la pujanza de esa industria en Venezuela.

Rafael Caldera dijo algo así como “no es cierto que el petróleo nos genere muchos puestos de trabajo. Eso era en el pasado, no ahora. A medida de que la tecnología ha ido creciendo, los pozos necesitan menos mano de obra y la explotación se hace casi de forma automática. Es verdad que el petróleo produce muchos ingresos al Estado, pero no a la sociedad civil”. Y añadió una frase que siempre recuerdo y que da muchas claves sobre aquel país. “El petróleo ha hecho al Estado venezolano rico, pero el pueblo sigue siendo pobre. En Europa pasa al contrario, que la sociedad es rica por su trabajo y el Estado vive de los impuestos que ella paga. Y nuestro gran problema en Venezuela ha sido siempre el cómo llevar esa riqueza desde arriba, desde el Estado que obtiene los ingresos, hacia abajo, hacia el pueblo…, sin que la mayor parte se quede por el camino”.

Y es una buena pregunta sobre el futuro petrolero en Canarias, si se llega a convertir en una actividad real: ¿cómo llegaría el beneficio a los canarios… sin que se quede la mayor parte por el camino?