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Madrid Fusión sigue siendo la cita ineludible

Uno de los ponentes orientales que mostraron y explicaron sus técnicas en Madrid Fusión. / DA

M. I. – DA | Madrid

Madrid Fusión, el congreso internacional de gastronomía, genera siempre el debate de si está mejor o peor que en años anteriores, si hay más o menos gente. Pero los organizadores dicen que siempre están más o menos los mismos números, entre otras cosas porque la cantidad de congresistas es cerrada, unos quinientos, que han de pagar unos cuatrocientos euros por asistir a las sesiones.

Lo que sí cambia es la presencia de periodistas, que este año fueron alrededor de ochocientos, lo que se sabe por las jefas de prensa del certamen, que casualmente son ambas de Tenerife. Raquel Sánchez se ocupó de 512 acreditados españoles, mientras que Jone Urrutia tuvo que llevar las relaciones con unos 276 informadores extranjeros, de 36 países, tanto de prensa escrita como de televisiones, radio, etcétera.

Por allí pasaron las grandes televisiones nacionales y algunas regionales, como la Canaria, y muchas foráneas, y periodistas de diversos orígenes. A todo esto se suman ponentes, expositores e invitados de más o menos relevancia. En total, según las primeras cifras, por Madrid Fusión pasaron 5.315 personas, lo cual es un resultado notable al ser un congreso cerrado, es decir, de pago y previa inscripción.

Tenerife viene siendo una de las pocas regiones gastronómicas invitadas a estar presente en el limitado número de representaciones (limitado entre otras cosas porque el Palacio de Congresos no se presta a grandes y multitudinarias exposiciones) y esta gran presencia de periodistas e interesados concentrados en un evento es un atractivo importante. La idea que define el estar allí es, que si quieres que te relacionen con el mundo de la F-1, tienes que estar en los circuitos. Esto es parecido. O estas en el circuito de la alta gastronomía o ni siquiera te nombran en la lista. Luego está el atractivo de las ponencias, conferencias y demostraciones que se celebran a lo largo de cada jornada, muchas simultáneamente, de manera que hay que escoger si participar en el coloquio con el chef que ha subido tres veces al podio del Bocuse dÓr, el oficioso Mundial de cocineros, o acudir a una cata de Ribera del Duero para especialistas, o asistir a una lección de cocineros coreanos sobre gastronomía y productos de su país.

En algunas ponencias había alrededor de mil personas en el salón de actos principal y cientos en las salas polivalentes. Para los profesionales, no se trata solo de utilitarismo, de que lo que veas se pueda hacer de manera inmediata en la cocina de cada cual, sino de formación, de adquirir “cultura gastronómica” en su propio oficio. Incluso porque tal vez si que le puede servir en un futuro de manera directa o para entender otros aspectos de su profesión.

Y en eso hay mucho cateto que solo valora lo que ya conoce y dice que estos maestros no le van a enseñar nada. Son los que consideran que ya se lo saben todo… y no comprenden por qué la gente empieza a dejar de ir a sus establecimientos, echando siempre la culpa a cuestiones externas y nunca a sí mismos.

Pero por Madrid Fusión se vieron a muchos profesionales tinerfeños que acudieron al interés de saber qué se produce fuera de nuestras fronteras insulares. Porque si no te mueves al exterior para ver qué se hace, al final todos terminan realizando más o menos lo mismo y copiándose unos a otros. Por allí se vieron, por ejemplo, a gentes como Pedro Rodríguez Dios y Víctor Regalado (restaurante Mirador de Humboldt, de La Orotava), Severiano Díaz Yanes (hotel Tigaiga, del Puerto de la Cruz), Jonathan y Juan Carlos Padrón (El Rincón de Juan Carlos, de Los Gigantes), Diego Laureano Schattenhofer y Adrián Bosch Barrera (hotel Villa Cortés, de Playa de las Américas), Esteban Gómez (cocinero tinerfeño en el restaurante La Platea, de Las Palmas), Juan Carlos Clemente (Hotel Grand Mencey Iberostar, de Santa Cruz) y Danny Nielsen (El Gusto por el Vino, de Santa Cruz). Asimismo, estaban Manuel Rodríguez Berriel y Francisco Sánchez (hotel Las Aguilas, del Puerto de la Cruz), Henry Montes (restaurante GOM, del hotel Taburiente, de Santa Cruz), Juan Miguel Barrera (hotel Bahía del Duque, de Costa Adeje), Braulio Simancas (Las Aguas, del Bahía del Duque), Iván de Armas (La Taberna del Cortijo, de Santa Cruz) y Erlantz Gorostiza (MB Abama, de Guía de Isora).

Fue también gente del vino como Jorge Zerolo (bodega Arca de Vitis, de Güímar), Agustín García Farraiz (bodega Tajinaste, de La Orotava) o Juan Antonio Armas Febles (vinoteca El Gusto por el Vino, de Santa Cruz).