PUERTO Y PUERTA > Rafael Zurita Molina

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Variaciones, breves retazos sobre el mismo tema, que es el puerto de Tenerife. Y, como introito, la normal aceptación de dimensionar el complejo portuario tinerfeño al conjunto insular, cuya idea se practica -la marca prevalece- sin tener que invocar la suma de los puertos que lo componen.

Conjuntamente con los datos estadísticos que conforman los diferentes tráficos que animan la actividad portuaria, conviven otros signados por la transgresión, que también establece -gajes del oficio- su pertinente posición jerárquica. Al respecto, se manifiesta en un reportaje sobre las rutas del contrabando ilegal del tabaco (ABC, 17-4-2011): “La principal vía de penetración es la marítima a través de contenedores, y los puertos de entrada principales son Algeciras, Barcelona, Valencia, Pontevedra, Bilbao, Tenerife y Las Palmas”. Se patentiza las numerosas ocasiones en las que se amalgama el nombre de la Isla con el puerto de la capital.

Llegado a este punto, reafirmo mi idea insularista recreando algunos de los argumentos que exponía Alfonso García-Ramos (La Tarde, 12-5-1976); máxime ahora, desde que las autopistas favorecieron el acercamiento de nuestros pueblos: “No se trata de desvestir a un santo para vestir a otro, sino de responder al reto del futuro que no parece propicio a la existencia de complejas instalaciones unitarias, sino a una diversificación de muelles y diques amparados por zonas complementarias en tierra”. Y dice más: “… la bahía abrigada por la cordillera de Anaga dictó de manera inapelable dónde debía estar el primero y principal puerto de Tenerife y dónde su capital”.

Tales planteamientos no son suficientes si faltan los indispensables recursos humanos. Lo digo atendiendo a ciertas voces comprometidas que exteriorizan las posibles carencias de nuestro dispositivo portuario invocando precisas comparanzas vecinales. Estimo que el problema no es de rivalidad, ni de sana competencia; ni de ser mejor o peor, que todo es relativo. Cuestión de geografía. Y, además, de personas que entiendan que esta Isla dispone de una gran empresa de servicio que obliga a impulsarla. Como bien indicaba el recién nombrado gerente de la Sociedad de Estiba y Desestiba de Tenerife (Sestife), Jesús Ciordia Montes, interesa a todos: Autoridad Portuaria, estibadoras, empresas consignatarias, agencias de aduanas, transitarios transportistas y nosotros. En esta dinámica, conviene resaltar unos comentarios coyunturales rescatados entre otros tantos expresados a este periódico por el presidente de la Zona Especial Canaria (ZEC), Juan Alberto Martín. Manifestaba que, de cara al futuro, si se introducen los cambios necesarios en su normativa, el establecimiento de grandes compañías en la ZEC podría ser una realidad, llevando consigo el incremento del volumen de empleo. De todas formas, añadió, debe realzarse la aportación que realizan las pymes que operan bajo las condiciones de este instrumento. “Es muy importante que se incentive también la proyección de los emprendedores”.

Y, termino, con la recomendación que hizo a los jóvenes el presidente de CajaCanarias-Banca Cívica, Álvaro Arvelo, en el acto de entrega de los premios Fyde (Fundación y Desarrollo Empresarial). Les manifestó la necesidad de estimular el espíritu emprendedor, animándolos a crear un negocio propio. Que, pudiera ser, añado, en el puerto de Tenerife.