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Recortes en el fútbol > Francisco Pomares

Las reservas del Gobierno de Canarias hacen aguas por todos lados. Y el horizonte que se vislumbra no es precisamente alentador: todo apunta que la disminución de la financiación que venga de Madrid (y en menor medida de Bruselas) va a ser creciente en los próximos dos o tres años (y después de eso, todos calvos, porque hacer pronósticos es hoy tan científico como jugar a los chinos).

Ante la falta de recursos del Gobierno que preside, Rivero ha declarado que la decisión del área de Turismo, que él asume personalmente desde la salida del PP del Gobierno regional, hace ahora ya año y medio, es recortar el patrocinio que perciben los clubs de fútbol, para promocionar la marca Islas Canarias.

Uno supondría que se trata de un asunto de escasa enjundia, teniendo en cuenta que la tijera de los recortes lleva practicando alta costura en las carnes del presupuesto social desde hace dos años, pero no. Anunciar que se reduce (¡ojo!, no se elimina, solo se reduce) el saco de las ayudas a los clubs deportivos, ha desatado todo un catálogo de lamentaciones pías, mucho más ruidoso que el que lograron organizar los pobres paniaguados de la cultura, que a fin de cuentas protestaban por algo tan mezquino como poder seguir llenando la nevera, y no por cuestiones de glamour y contundencia como fichar a una estrella del balompié o pagar en US dollars a un entrenador de allende los mares.

En fin, que ese patrocinio multimillonario (en euros) que ahora se ve mermado por exigencias del recorte, se producía de acuerdo con un discutido convenio que fue suscrito hace ya varias temporadas, en los tiempos en que se ataban los perros con longaniza, y por el cual, Rivero le regalaba a las Sociedad Anónimas Deportivas unos cuantos millones al año, por sus lindas caras, porque por sus lindos pies poco es lo que lograron conseguir, digo.

Ante las airadas protestas de los clubs de fútbol, a los que Rivero mimó con maternal devoción durante la primera legislatura, en detrimento de cuestiones de escasa enjundia, cono los clubs de vela o de ajedrez, el presidente ha aclarado que carece de recursos, y que su posición no cambiará si no aumentan los ingresos de las partidas estatales.

Y eso solo ocurrirá “en el momento en que el Estado sea justo con Canarias y tengamos la financiación autonómica que nos corresponde”. Si yo fuera Miguel Concepción esperaría sentado, gastándome la mitad de la subvención que aún me llega. Que menos es nada.