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Tesoros con historia

GABRIELA GULESSERIAN | La Orotava

Entre las estanterías del Archivo Municipal se encuentran documentos desconocidos para una gran parte de los vecinos de La Orotava, pero de un inmenso valor. Las colecciones de carteles, folletos y programas es uno de esos tesoros que alberga la institución. Descubrirlas es como recorrer un escaparate que contiene toda la vida social, cultural, religiosa, deportiva, comercial y festiva del municipio desde comienzos del siglo pasado hasta la actualidad.

Estos materiales son instrumentos divulgativos y publicitarios que suelen ser de uso común pero que pasan desapercibidos, llegando a ignorarse la gran cantidad de información que contienen, explica la directora del Archivo, Concepción Perdomo. Pese a ello, junto con las fotografías, es de la documentación que más consultas recibe por parte de los usuarios.

Entre los carteles, están los que recuerdan actuaciones musicales, ferias de ganado o muestras de artesanía. Uno de los más antiguos publicita una corrida de toros que se celebró en el municipio en 1916. También destacan los de las fiestas del Corpus y San Isidro Labrador, con los cuales el Archivo organizó una exposición y editó un catálogo. En este caso, el más antiguo data de 1947.

La colección se completa con los carteles de la Semana Santa desde 1993, fiestas de Carnaval desde 1985, las de Navidad desde 1998 y un conjunto de carteles de otros actos que se celebran con regularidad, como la feria Exposaldo y la de arte joven en la calle, concursos y propaganda de las elecciones de diferentes años. Además, se incluyen actividades deportivas, como ediciones del Trofeo Teide, o el festival Musitemático, hasta la celebración del certamen de Miss España en la Villa en 1989.

La importancia de este recurso, consistente en una lámina de papel o cartón que sirve para anunciar o dar información, radica en que desde mitad del siglo XIX hasta la aparición de la radio y la televisión, era el elemento principal de difusión. Por este motivo, los responsables de la institución apuestan por recuperarlo y darlo a conocer entre la población.

Los miles de carteles que se guardan en el Archivo Municipal y que hasta hace una década se grapaban junto a los expedientes de Fiestas, tienen una temática variada, tanto en lo que se refiere a tamaños como a los diseños.

Los de mayores dimensiones, explica la directora, se guardan en un planero y los de menor tamaño en cajas especiales con medidas de 60×40 y todos organizados por orden cronológico y temático, como es el caso de las festividades principales.

Los programas y folletos forman parte de otras colecciones que duermen en cajas con medidas especiales y sirven de complemento a la de carteles, porque en muchas ocasiones, la divulgación de determinada actividad incluye un cartel, folleto y programa.

En el caso de estos últimos varían en cuanto a su tamaño, siendo los mayores de tamaño folio y los más pequeños apenas una octavilla. En los programas, el elemento que destaca es el colorido y la abundante publicidad que contienen, a través de los cuales se pueden observar los cambios que se han dado en la sociedad tanto en cortos como en largos periodos de tiempo.

Así, hay algunos que incluyen publicidad de tabaco en los años 70, anuncios sobre oficios que han desaparecido, o actos que han dejado de llevarse a cabo con el paso del tiempo. El mayor porcentaje de programas corresponde a las fiestas patronales y a las de los distintos barrios de La Orotava. El más antiguo de las fiestas patronales es de 1892 y tiene la particularidad que está cosido al expediente que se creó con motivo de la celebración de las mismas.

La directora del Archivo, Concepción Perdomo, explica la manera de conservar los documentos. / MOISÉS PÉREZ

Abundante y variada

De las tres colecciones, la de los folletos es la más abundante y variada y ofrece una información rápida de la actividad a celebrar o publicitar. Entre los más curiosos que se conservan están las entradas para un gran baile en el antiguo teatro Power, organizado en 1932; la publicidad de un circo gallístico entre Puerto de la Cruz y La Orotava en 1930; o la proyección cinematográfica en la plaza Alfonso XIII (actual plaza del Ayuntamiento) en el año 1928. También las entradas para un partido de fútbol y la película El precio de un beso, ambas en 1932; publicidad de la emisora la Voz del Valle; y un anuncio sobre la actuación de la banda de música en 1948. Consultar este material es hacer un viaje en el tiempo. Por eso, desde hace diez años, el Archivo Municipal de La Orotava apuesta por impulsar estas colecciones y solicita a los particulares que donen o presten aquellos documentos que todavía tengan en propiedad. En caso de cumplirse esto, los trabajadores hacen una copia digital con la finalidad de que se conserven y puedan ser consultados por los usuarios.

Estas colecciones son una puerta abierta a recordar las actividades que ya forman parte de la biografía de la Villa de La Orotava. Por ello, es importante que perduren, para que puedan conocerlas las futuras generaciones de orotavenses. Porque los anales de un pueblo no sólo se componen del relato de los grandes acontecimientos, sino también de pequeñas historias y recuerdos individuales que caben en un folleto, en un programa, o en un simple cartel.