Tú eliges, tú decides > Mary Cejudo

Soy un vehículo Ford Transit de 125 caballos y seis asientos, aunque todos me conocen como La Furgo. Trabajo para la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) gracias a los clientes de CajaCanarias-Banca Cívica que participaron en la campaña Tú eliges, tú decides, de apoyo a los proyectos de su obra social, y que optaron por la AECC como beneficiaria.

Como soy muy consciente de la responsabilidad que he asumido, permítanme explicarles en qué consiste mi labor: cada día me desplazo hasta el Sur de nuestra Isla para recoger a un grupo de pacientes que acude al hospital público que les corresponde para sesiones de quimioterapia y que, de otra manera, se verían en serias dificultades para recibir dicho tratamiento y a los que retorno, al término de éste, a lugares de Los Cristianos, Guaza, Las Chafiras y Chimiche. Entremedio acudo a llevar camas articuladas de préstamo a personas que las necesitan por haber recibido el alta hospitalaria pero que deberán continuar el devenir de su enfermedad encamados; sillas de ruedas para los que no pueden desplazarse por sí mismos; primeras prótesis mamarias para mastectomizadas, etc. También llevo el material diario de comida y limpieza a los pisos de acogida que la AECC pone a disposición de los que se desplazan desde otras Islas y a menudo cargo bolsas de café o galletas que emplearán nuestras voluntarias en el servicio de carrito de los hospitales de día, junto a los libros y revistas que repartirán las que acuden a las visitas a las plantas oncológicas.

Es un trajín de sube, baja, corre, carga y ¡encima con nuestro burbujeante tráfico! Pero les prometo que cualquier esfuerzo lo doy por bien empleado cuando noto el agradecimiento de aquellos a quienes ayudamos, que suelen ser, casi en su totalidad, los que más lo necesitan. Gente buena a la que el destino pone en sus vidas una durísima prueba y que, muchas veces, me muestran su gratitud sólo con la mirada.

Por ello he decidido escribirles esta carta, para decirles, también, que si alguno de ustedes me encuentra aparcado en cualquier calle (sabrán quien soy porque llevo impresas con mucho orgullo las letras que Archiauto tuvo la cortesía de serigrafiar y que componen los nombres de mi ONG y de la entidad financiera que me ha hecho posible), tienen mi permiso para pasar sus manos por mi carrocería, porque sepan que soy toda de ustedes, de aquellos que nos eligieron en una encuesta social y que hicieron realidad, con ese gesto, que nosotros podamos aportar a los pacientes con cáncer y a sus familias una ayuda que, de otra manera, hubiese sido más complicada. Muchísimas gracias en nuestro nombre y en el de los que la reciben. El que muchas personas sean solidarias con otras muchas nos hace mejores a todos.

*Voluntaria de la AECC