VALLESECO > el barrio se une para dar sepultura a un vecino sin recursos

Último adiós a Julián ‘el Negro’

ÁNGELES RIOBO | Santa Cruz de Tenerife

La muerte repentina del joven Julián Quiroz, conocido por sus amigos de Valleseco como el Negro, no ha dejado indiferente a los vecinos de la pequeña población santacrucera. La falta de medios económicos de su escasa familia, así como la ausencia de un seguro de decesos, mantienen el cuerpo del joven al borde de una fosa común, algo que sus vecinos y amigos del barrio intentan que no ocurra con todas sus fuerzas.

Por este motivo, el joven Rayco, uno de los amigos del fallecido, no dudó en movilizar al resto de su pandilla para recaudar fondos entre los vecinos. Y así, euro a euro, han conseguido juntar unos 1.800. Enterrarlo en condiciones supone un mínimo de 2.800 euros. “Era uno más del barrio y nos teníamos que mover”, relata el chico con los ojos vidriosos.

Colecta vecinal

Una parte del total recaudado la han destinado a la corona de flores que este miércoles decoraba la fría sala del tanatorio de Valleseco, a comprar algunas viandas para agasajar al nutrido grupo de vecinos y allegados que se dieron cita para velarle, y en comida para su madre y su hermana.

Son pocos los habitantes de Valleseco que no han colaborado con la causa de alguna u otra forma. Desde la asociación de vecinos, hasta la parroquia e, incluso, algún club de fútbol local han aportado su granito de arena en forma de dinero o de ayudas, como la cesión de las instalaciones del tanatorio, un ataúd o los traslados desde la morgue.

La esquela de Julián no ha salido publicada en ningún periódico, pero la mayor parte de establecimientos del barrio cuentan con unos pequeños recordatorios del óbito del joven fotocopiados, para honrar su memoria, que incluye una pequeña oración y la foto de Julián.

El apoyo del pueblo es unánime. En el velatorio hicieron acto de presencia numerosos jóvenes amigos del fallecido, pero también señoras mayores del barrio, de toda la vida. Una de ellas, de edad avanzada, se mostró sorprendida con la gran respuesta de sus convecinos. “No es habitual que entre todos pongamos dinero para estas cosas porque la mayor parte de nosotros pagamos un seguro que lo cubre todo”, afirma. Sin embargo, en el caso de Julián no fue así. El joven estaba desempleado. Su madre Miriam Soley Jiménez, y su hermana Jéssica, eran su única familia en la Isla. Son de bajos recursos, no tenían contratado ningún tipo de póliza, ni disponen del dinero para amortizar los servicios funerarios.

Fatal encuentro

Con solo 17 años de edad, a buen seguro que Alejando no podrá olvidar en mucho tiempo la imagen que se encontró el pasado lunes 30 de enero, a las 10 de la mañana. Había quedado con el Negro y cómo no llegaba fue a buscarle a casa de un amigo.

“Está acostado”, le dijeron, y aún así se introdujo en su habitación. “Lo vi con espuma en la boca e intenté despertarle. No pensé que estuviera muerto”, relata el adolescente aún conmocionado, en la puerta del tanatorio de Valleseco. Luego supo que Julián ya llevaba siete horas sin vida.

[apunte]La madre de Julián, Miriam Soley, aún no ha conseguido asimilar la muerte de su hijo. Además, la falta de medios -trabaja limpiando pisos y cobra unos 100 euros a la semana- le impiden pagar de su bolsillo un entierro digno para Julián, su pequeño, que se trajo hace 12 años de Colombia, lugar donde le gustaría que le enterraran.
Tras el duro golpe de perder un hijo en la flor de la vida,Miriam apela a la solidaridad de los lectores de DIARIO DE AVISOS para conseguir llegar hasta los 5.000 euros necesarios para dar sepultura a su hijo bajo suelo colombiano. Los interesados pueden colaborar con la causa a través del siguiente número de cuenta: 0182 6601 60 0201522777, o a través de la ONG Sonrisas Canarias.
Por último, su amigo Rayco, la familia de Julián y los allegados quieren agradecer a todas las personas que les están ayudando y, en especial, a Macu Fuentes, del Ayuntamiento de Santa Cruz, por la orientación prestada en estos días tan confusos para ellos.[/apunte]