CÁMBIATE > PSICOLOGÍA PARA ENTENDERNOS

¿Vale la pena?

POR LEOCADIO J. MARTÍN BORGES *

A la mayoría de las personas prefiero darles la razón rápidamente antes que escucharlas.

Montesquieu

Cuántas veces nos habremos preguntado esto, inmersos en una discusión en la que la razón hace tiempo que ha desaparecido, los argumentos objetivos se han obviado y, sin saber cómo, nos encontramos perdidos. Leo en Psychology Today un curioso artículo que merece un análisis detallado. Susan Biali nos presenta un curioso dilema. ¿Cómo razonar con alguien que no es razonable? ¿O simplemente es mezquino?

Son ese tipo de personas que, aunque trates de dialogar con ellas, no consigues sacar más que mal humor, una sensación de desasosiego y, muchas veces, rabia contenida. Parece que la interacción con ellos te roba energía vital, te hace envejecer y apaga tu día.

Tratar de razonar con gente que no es razonable es, probablemente, uno de los mayores ejercicios de autocontrol que podemos hacer a lo largo de nuestra vida. Como apunta Biali, cuando nos vemos en estas situaciones tendemos a pensar que es problema nuestro, que algo hacemos mal y no conseguimos hacernos entender. Esto no es así; en una gran mayoría de las ocasiones estamos cometiendo el error de intentar que una conversación funcione y no somos conscientes de que estamos tratando con personas con problemas de personalidad.

A pesar de ser psicólogo, comprender que estoy tratando con individuos con un desorden de personalidad no es fácil. Puede que halla una clara lista de características en el Manual Diagnóstico de Psiquiatría, describiendo a alguien con un desorden narcisista, límite o antisocial de la personalidad, pero cuando estás tratando a menudo con ellos en entornos no clínicos se hace enormemente complicado discernir lo que ocurre. La interacción con estos individuos te hace sentir realmente mal contigo mismo. Se tergiversan tus palabras, tus propuestas e, incluso, tus silencios. A menudo son capaces de hacerte reír al final de una conversación, logrando una suerte de aprobación de algo que ellos (o ellas) han puesto en tus labios. Esto nos hace pensar quién es la “persona real” e, invariablemente, nos decantamos por la “versión agradable”, olvidando la dimensión patológica de toda la interacción. Esto no ocurre siempre y en todo momento con estas personas. Pueden ser rasgos “aislados” o asociados a determinado tipo de interacción o situaciones sociales, sin que pueda catalogarse como un trastorno de personalidad consolidado. Biali propone unas “pistas” sobre el tipo de personas o situaciones que pueden catalogarse como “irrazonables”:

-Cuando no podemos mantener una conversación razonable. Tus palabras son tergiversadas o te encuentras totalmente confundido y te dicen que eres tú el incapaz de comunicarte.

-Aquellas personas que emiten comentarios por lo bajo o directamente hacia lo que tú dices, disfrazándolo de “broma”.

-Aquellos que no respetan los límites y disfrutan traspasándolos continuamente.

-Aquellos que no consideran tu punto de vista o simplemente no te escuchan, te miran sin verte, se ríen o explotan cuando tratas de explicar “como te sientes”.

-Acosadores o manipuladores verbales o emocionales.

-Mentirosos.

-Personas que te dejan una sensación de malestar, tristeza o una sensación de nausea.

-Aquellos que te “sacan de quicio” provocando que actúes sin pensarlo o haciendo tonterías, aunque tu forma de actuar es una prueba evidente de lo contrario.

… y otros muchos ejemplos.

Y ¿qué podemos hacer para contrarrestar los efectos y los daños a nuestra salud mental y nuestra vida? Aquí les dejo algunas propuestas:

-Minimizar el tiempo con ellos. Recortar la exposición a la patología reduce su impacto.

-Intenta mantener la lógica. Sólo datos, utilizando los mínimos detalles.

-No bebas con ellos. Te hace vulnerable y te puede hacer decir o hacer lo que no querrías.

-Enfoca la conversación en ellos. Una forma de evitar ser el blanco de comentarios desagradables o que se distorsionen tus palabras es decir lo menos posible. ¡Deja que hablen de ellos mismos!

-Olvida el sueño de que serán alguna vez la persona que tu desearías que fueran. Aceptar que estas personas son como son puede ser un gran alivio.

-No los corrijas. Es una pérdida de tiempo y energía. Mejor sonreír.

-Mantente apartado de los temas “calientes”.

-No intentes que vean tu punto de vista. Te hará sentir peor.

-Crea una distracción. Si no tienes otro remedio que pasar tiempo con alguien que te incomoda, trata de crear distracciones para evitar involucrarte en una conversación continuada con ellos.

-No los trates suavemente. Se agradable, pero firme.

Si conseguimos gestionar estas habilidades mientras interaccionamos con estas personas siendo civilizados e incluso amistosos, puede que salvemos la relación.

Esto es algo que no necesariamente querremos hacer pero, en algunos casos, puede que tengamos que intentar mantenerla si la persona es un miembro de la familia o nuestro jefe, o cualquier otra que no podemos apartar de nuestra vida.

Estas técnicas, además del conocimiento de las características de estas personas nos pueden facilitar la vida.

*Psicólogo
www.leocadiomartin.com
@LeocadioMartin
www.facebook.com/Leocadio
MartinCambiate