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El Gobierno canario y Greenpeace coordinan sus acciones de protesta

Paulino Rivero y Guacimara Medina conversan con Carlos Bravo y Sara Pizzinato (segunda por la izquierda), en Santa Cruz. / SERGIO MÉNDEZ

DOMINGO NEGRÍN MORENO | Santa Cruz de Tenerife

La sintonía entre el Gobierno de Canarias y las organizaciones ecologistas es bastante sonora en lo que respecta a las anunciadas prospecciones petrolíferas en aguas cercanas a las islas de Lanzarote y Fuerteventura. Tanto es así que las autoridades autonómicas y Greenpeace coordinarán su enérgica oposición a las licencias concedidas a Repsol.

El Ejecutivo regional y la ONG están a la espera de conocer el decreto en cuestión para adoptar las medidas políticas y jurídicas más apropiadas. De momento, se sabe que el presidente Paulino Rivero y Greenpeace lo consideran un asunto “prioritario” y un “casus belli” (expresión latina que se traduce como “motivo de guerra”). Ayer se plasmó ese entendimiento en una reunión en la sede de la Presidencia de Santa Cruz de Tenerife del propio Rivero y la viceconsejera de Medio Ambiente, Guacimara Medida, con los responsables de Greenpeace Carlos Bravo y Sara Pizzinato.

En sendas ruedas de prensa, Rivero y Bravo coincidieron en calificar de “extremadamente grave” el acuerdo adoptado el viernes por el Consejo de Ministros. “Haremos todo lo posible para parar las prospecciones”, enfatizó Rivero tras la presentación del proyecto del puerto deportivo, pesquero y comercial del Puerto de la Cruz.

El mandatario resaltó que el Archipiélago aspira a “ir transformando su economía hacia un modelo de turismo más sostenible que ponga en valor sus recursos naturales y que genere bienestar a los ciudadanos”, informa Gabriela Gulesserian.

Mientras, Bravo denunció que “se pone en riesgo de forma innecesaria la economía, el medioambiente y la sostenibilidad de Canarias”. La organización ecologista alerta de que las válvulas de seguridad en aguas profundas “adolocen de peligrosos defectos de diseño, como demuestra un estudio encargado por el Ministerio del Interior de Estados Unidos después del hundimiento de la plataforma Deepwater Horizon, hace dos años.

“El vertido en el golfo de México ha alcanzado costas a más de 250 kilómetros de distancia del pozo accidentado”, aguyó Carlos Bravo. “Lanzarote y Fuerteventura estarían a solo 60 kilómetros”, remachó.

“La fiebre del petróleo del siglo XIX no responde a las necesidades del siglo XXI”. Antes al contrario, prosiguió, es la “principal causa de cambio climático en España”. Por eso, razonó Bravo, “debemos emprender una revolución energética basada en el aprovechamiento de las energías renovables”. A su entender, es “imprescindible adoptar medidas de ahorro y eficiencia”.

El portavoz del área de energía y cambio climático denunció que el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, ha ignorado el “rechazo unánime” para “someter a Canarias a un experimento tecnológico”.

En palabras del vicepresidente, José Miguel Pérez, el Gobierno de Canarias no se fía de “las promesas” de Soria, en el sentido de que la Comunidad Autónoma saldrá beneficiada, según informó Efe. “Eso no se contempla en el borrador del decreto”, argumentó Pérez en Las Palmas de Gran Canaria.

Greenpeace ya ha movilizado su flota para que uno de sus buques, el que esté más próximo, se desplace a Canarias para visualizar la protesta con acciones en puertos y en alta mar, como podría ser una caravana de embarcaciones. Para el próximo sábado hay programadas diversas concentraciones o manifestaciones de todas las islas.

Desde el ámbito sindical, IC censura el “despotismo” del Gobierno estatal en este asunto.

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Marea negra

El partido ecologista Equo advirtió ayer de que los riesgos de las prospecciones petrolíferas en Canarias son “inasumibles”. Pone como ejemplo el accidente de hace dos años en el golfo de México. “Ocurrió a una profundidad de unos 1.500 metros. Aquí se va a perforar a más de 2.500 con los mismos sistemas y garantías que provocaron una marea negra que vertió más de 6 millones de litros de crudo”.

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