Sin complejos > Fernando Fernández

Buena noticia > Fernando Fernández

En los tiempos que corren cualquier cosa positiva, por insignificante que sea, se recibe con agrado. Y leer que el gobierno regional propició una posición consensuada entre los grupos políticos mayoritarios para defender nuestros intereses en Europa, a mí me parece una buena noticia. Últimamente da la impresión que el gobierno y la oposición están mas interesados en encontrar motivos de fricción que puntos de encuentro, cuando la gravedad de la situación aconsejaría, como escribí aquí en varias ocasiones, la formación de un gobierno de concentración, con un programa y un calendario pactados hasta que se atisbe la salida del túnel de la crisis. Faltó grandeza y generosidad y sobraron personalismo e intereses particulares.

Entre paréntesis, diré que han sido varios los dirigentes socialistas y de CC que me han hecho un comentario similar. Cuando leyeron mi propuesta pensaron que era una boutade sin sentido, pero visto lo visto, ahora creen que tal vez no estaba yo tan equivocado. Pero…

El parlamento ha aprobado una resolución apoyada por todos los grupos en la que se fijan unos objetivos y una estrategia para alcanzarlos, en el curso de las negociaciones de aquí a 2013. Y lo hace con argumentos que me parecen sólidos y sin exigencias utópicas. No son estos tiempos para exigencias ni para utopías. Esto que parece tan lleno de lógica y que no debería ser noticia, lo es porque en más ocasiones de las deseables no ha sido así. Recuerdo, por ejemplo, los debates y la negociación de la última reforma de nuestro REF, ahora vigente, que los eurodiputados canarios lidiamos en Bruselas con una situación insólita. Mientras defendíamos las aspiraciones canarias, tropezamos en los debates en comisión y en pleno con diputados de otros países que defendían intereses de sectores canarios, en aquel caso de los importadores, que no se sentían protegidos por la propuesta de las instituciones canarias.

Una influyente y combativa diputada luxemburguesa, la octogenaria Madame Astrid Lulling tuvo una dura y brillante intervención momentos antes de la votación final en pleno, que cambió el voto de numerosos diputados y casi hace naufragar nuestras aspiraciones.
La Lulling pertenece al que era mi propio grupo político pero argumentó, no sin razón, que ella estaba defendiendo intereses canarios que nosotros postergábamos. Estuvo impecable y tuve que felicitarla en privado, mientras sonreía maliciosamente. Ella y yo sabíamos que no defendía solo intereses canarios; pero todo tuvo su origen en una mala manera de hacer las cosas en Canarias que, después de tantos años, a veces olvidamos que en los asuntos esenciales tenemos la obligación de ir unidos. Y para nosotros todo lo relacionado con la Unión Europea es esencial.

Creo que el gobierno canario lleva una propuesta razonable y razonada. Que es sensato que pida al gobierno español que se coordine con los de Francia y Portugal, aunque en una Europa de 27 estados miembros, esa es ya una minoría que no hemos sido capaces de apuntalar con nuevos aliados. Por ejemplo Holanda, que ahora tiene una sensibilidad con la ultraperiferia europea de la que carecía. Y sobre todo que se entienda, como hasta ahora se ha entendido, que nuestra prioridad es obtener cierta flexibilidad en la aplicación de las normas comunes.

En esta línea, todos los argumentos son necesarios, siempre que no nos empeñemos en que la obligación de la UE sea dotarnos de una mayor aportación económica, como se ha hecho y aún se hace en algunos casos concretos.