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Condenan a 15 años y medio de cárcel al atracador que mató a puñaladas a una panadera en Barcelona

EFE | Barcelona

La Audiencia de Barcelona ha condenado a 15 años y medio de cárcel a Ángel Roselló por matar a puñaladas a la dependienta de una panadería del barrio barcelonés de Sant Gervasí durante un atraco que cometió en octubre de 2010 para poder pagar su severa adicción a las drogas.

La sentencia, hecha pública hoy por la Sección Tercera de la Audiencia de Barcelona, condena al acusado por un delito de asesinato (12 años y seis meses de cárcel) y otro de robo con intimidación en grado de tentativa (3 años) y obliga al condenado a pagar una indemnización de 180.000 euros a la familia de la víctima.

El tribunal aprecia la concurrencia de la atenuante de exención incompleta por alteración psíquica, ya que el condenado sufre un proceso psicótico con alteración de la conducta y desestructuración cognitiva debido a su severa adicción a las drogas, por lo que la pena la deberá cumplir en un centro penitenciario “dotado de servicios de salud mental”.

Durante el juicio, Ángel Roselló, de 28 años, admitió haber apuñalado a la panadera, aunque dijo que lo hizo sin intención de matarla, y que había intentado asaltar la tienda para pagarse su adicción a la cocaína.

El asalto a la panadería Bopan de la calle Muntaner de Barcelona ocurrió hacia las 21.00 horas del 28 de octubre de 2010 y fue el tercer atraco mortal en Cataluña en apenas quince días, lo que avivó el debate sobre la seguridad en los establecimientos comerciales en la capital catalana.

Según considera probado la sentencia, Ángel Roselló entró a la panadería armado con un cuchillo con una hoja de 20 centímetros escondido en la ropa y se dirigió a la dependienta al grito de “la caja, dame la caja”.

Cuando la dependienta se giró, el acusado le asestó tres puñaladas, una de las cuáles se dirigió al muslo y le seccionó la arteria femoral, lo que le provocó la muerte de forma instantánea.

El tribunal descarta la argumentación del acusado de que no quería matar a la dependienta y concluye que un ciudadano de conocimientos medios como el acusado tendría que saber que un corte importante en el muslo, como el que él provocó a la víctima, puede provocar la muerte.

“Se tiene que asumir que Ángel Roselló quería que muriera aquella persona”, remarca el tribunal, por lo que se decanta por condenar al acusado por un delito de asesinato y no de homicidio imprudente.

Tras asestar las tres puñaladas, el acusado, que no pudo abrir la caja registradora, se marchó sin lograr ningún botín y lanzó el cuchillo al interior del establecimiento.