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Cuestión de fe, por Karl McLaughlin

En mi época de jugador (malo, por cierto) odiaba los partidos contra los equipos filiales, por mucho que me dijera el técnico que, por lo menos, te dejaban jugar en vez de dar patadas.

Los odiaba porque no encajaba bien verme ridiculizado por unos chavalines dotados de habilidades y velocidad con las que yo sólo podía soñar. Ya de entrenador (no tan malo), mi labor era convencer a los míos de que podíamos ganar perfectamente a estos pequeños talentos, sólo era cuestión de creer en nuestras posibilidades.

Ayer el partido contra el Castilla me hizo recordar ambas épocas, sobre todo cuando los futuros galácticos se pusieron por delante sin merecerlo, gracias a un contraataque veloz perfectamente ejecutado.

Me acordé de mis múltiples intentos de levantar los ánimos a unos jugadores que iban por detrás en el marcador y que temían salir del campo con una goleada de escándalo. “Cuestión de fe”, les repetía de forma incansable, cuando el que no la tenía era yo.

En eso somos distintos, Andrés García Tébar y yo. A pesar de no poder contar con varios jugadores imprescindibles, este míster curioso tenía fe en las posibilidades de sus pupilos y supo transmitirla no sólo a ellos sino a toda la grada.

Por momentos, eran los jóvenes visitantes los que sufrían en sus propias carnes el juego ofensivo y descarado de unos rivales que no se dejaron intimidar por la presión de saber que pasaba el último tren para lograr la primera plaza del grupo. Los laterales se acordarán de Chechu Flores y Kike López durante algún tiempo después de lo vivido ayer en el Heliodoro. La defensa del Tenerife también merece el elogio colectivo por el juego desplegado ante un equipo acostumbrado a marcar al menos dos goles por partido. Exhibiciones como la que tuvimos el gusto -casi diría honor- de presenciar ayer hacen aún más inexplicable el tropiezo contra el Montañeros. No obstante, ya es tarde para lamentos: me conformo con que AGT prosiga con su labor pastoral y que inculque esa misma fe a los suyos para el partido contra La Roda.