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Del teleclub a la División de Honor

GABRIELA GULESSERIAN | La Orotava

Todo empezó con la asociación juvenil Mararía, en la que un grupo de jóvenes elaboraba un periódico, tenía un grupo de teatro, un equipo de voleibol y otro de balonmano. Con el paso del tiempo, muchos de sus integrantes se fueron y de todas las actividades que organizaban solo quedó el balonmano.

Fue allí, entre los años 1976 y 1977, cuando se fundó el club Higa 2010. El nombre, explica Ángel Domínguez González, entrenador y uno de sus cofundadores, fue por el pago de Higa, como se conocía antiguamente a La Perdoma, y 2010, porque era el número comarcal del teleclub que había en el barrio.

En 1983, cuando empezaron a jugar profesionalmente le cambiaron el nombre por el que tiene en la actualidad: Club Balonmano Perdoma, un equipo relevante de Tenerife que estuvo consolidado en División de Honor. Un logro que todos atribuyen a quien fuera presidente y alma mater de la endidad, Celestino Hernández, fallecido hace seis años.

Sin embargo, éste no ha sido el único éxito del club, cuyos equipos han jugado en Primera y Segunda División Nacional, Primera Territorial Femenina y Masculina, mientras que los de base han sido varias veces campeones y subcampeones de Canarias y de Tenerife. Por si fuera poco, sus jugadores han integrado en innumerables ocasiones las selecciones canarias y nacionales en las distintas categorías de base, mientras que otras dos han tenido proyección internacional con la selección española femenina, como es el caso de Elizabeth Chávez, que en diciembre realizó una visita al club, y Goretti Castañeda.

Durante su trayectoria, el club ha tenido que tomar decisiones complicadas. Quizás, la que mayor repercusión tuvo fue renunciar a jugar en la División de Honor en la temporada 2006-2007. “Se hizo una asamblea para analizar este asunto y se decidió que no por el costo que suponía. Los socios y simpatizantes del club entendieron las razones y tomaron bastante bien la decisión. Gracias a ello, hoy todavía seguimos en pie, cuando otros equipos han desaparecido”, explica el presidente de la entidad, Melchor González Santana.

Desde siempre han sido previsores y han intentando no depender sólo de las subvenciones de las diferentes administraciones aunque reconocen el peso que tienen en el presupuesto que maneja un club que, además, tiene un papel significativo en la vida social del barrio.

Por eso, han buscado alternativas. Cenas y venta de lotería son “hábitos creados” y que todos cumplen para ayudar a la manutención de “la familia del Balonmano Perdoma”, como les gusta llamarse. También tienen claro que cuando hay una actividad especial “el dinero hay que buscarlo por algún lado porque las ayudas dan para lo que dan”, asegura Carmen Rosa Yanes, viuda de Celestino Hernández y una de las personas que más se han implicado con la entidad, igual que Daniel Mesa, Melchor y Ángel. Quizás, porque como dice su presidente, la relación de todos ellos con el club va más allá del ámbito deportivo. “Es un compromiso moral”, asegura.