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Desalojan el instituto de Las Zocas por segunda vez en una semana

JOSÉ L. CONDE | Candelaria

La Asociación de Padres de Alumnos del Instituto de Educación Secundaria de San Miguel, en el barrio Las Zocas, acordó anoche que sus hijos no se reintegraran a la clases hasta que se tenga una explicación clara de los movimientos de suelo y paredes que perciben y que les ha obligado a ser desalojados. El alcalde de San Miguel, Valentín González, acudió ayer al centro para conocer detalles del suceso, a la vez que mostrar su solidaridad con profesores, padres y alumnos y exigir rapidez a la hora de confeccionar un estudio detallado de las causas.

El primer desalojo de los alumnos tuvo lugar el pasado lunes, día 29 de marzo, cuando se impartía clases en uno de los módulos, con 170 escolares, y de repente todos percibieron un temblor en la tierra y que se movían las estructuras. Tras el desalojo se dio aviso a la Dirección General de Centros e Infraestructuras Educativas, que dirige Demetrio Suárez, y que tiene las competencias en este asunto. Tras la realización de unas catas y de un examen minucioso de la estructura del edificio se concluyó que el problema eran “elementos de cierre”, pero que no afectaban a la estructura del edificio. A la vista del informe se procedió a reanudar las clases, hasta ayer en que los alumnos volvieron a sentir los temblores.

Protesta

El Instituto de Educación Secundaria de Las Zocas cuenta actualmente con unos 520 alumnos que hoy, acompañados de sus padres, realizarán una sentada en protesta por la inseguridad que ha generado estos temblores. De esta manera recibirán al director general que ha anunciado una visita hoy para conocer in situ los hechos. Los padres y madres se encuentran alarmados por esta situación y más aún cuando en un primer momento corrieron rumores que afirmaban que la estructura peligraba y podría desplomarse. El alcalde, Valentín González, aunque no tiene competencias directas en este asunto, se personó en el lugar de los hechos y ayer tarde mantuvo reuniones con los representantes de las AMPAS para mostrarle su solidaridad y que se verifique que la estructura presenta las condiciones de seguridad idóneas para albergar alumnos y profesores.