TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

Hay recurso. La defensa de Eduardo, el taxista condenado a 23 años de cárcel por la Audiencia provincial de Santa Cruz de Tenerife como asesino de la que por entonces era su compañera sentimental, Carmen Rosa, presentó ayer apelación para que la Sala de lo Civil y de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Canarias resuelva al respecto.

El recurso en cuestión discute la apreciación de ensañamiento y alevosía en los hechos, acaecidos a primera hora de una triste tarde de mayo en 2009, así como la indemnización fijada por la Audiencia provincial, que ascendió a 300.000 euros.

En concreto, el escrito presentado ayer por el letrado Plácido Peña en representación del condenado entiende que no está acreditado el ensañamiento, al considerar que no se probó suficientemente que el acusado tuviera intención de provocar un sufrimiento innecesario a la víctima. A juicio de la defensa, el número de golpes recibido por la víctima o la brutalidad de la agresión no implican necesariamente el ensañamiento.

Por lo que respecta a la alevosía, la defensa apela la decisión de la Audiencia, adoptada por un jurado popular, al entender por un lado que en realidad lo que se produce es abuso de superioridad y, por otro, que la aceptación inicial por parte de las acusaciones de la existencia de una discusión previa descarta tal alevosía.

También pide la defensa que se aprecie como atenuante la que entiende como grave adicción al alcoholismo de Eduardo. Por último, en cuanto a la cifra fijada como indemnización para la hija de la pareja fuera de toda lógica y desproporcionada en comparación con otros casos, al punto que se hace alusión (no se cita expresamente) al caso del asesinato de Isabel Canino, a pesar de las circunstancias que rodearon aquel asunto, tales como que el condenado hizo desaparecer el cuerpo en una fosa séptica y mantuvo cruelmente a su familia en la duda acerca de su desaparición durante más de dos meses.