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“El directo aporta vida a una canción, y eso es algo que no está en ningún disco”

Sole Giménez, exsolista de Presuntos Implicados. | DA

SANTIAGO TOSTE | Santa Cruz de Tenerife

El VI Festival Musitemático de La Orotava recibe hoy a quien es considerada una de las mejores voces del pop español: Sole Giménez. Quien fuera la cantante de Presuntos implicados durante más de dos décadas, tomó hace seis años la decisión de continuar en solitario su camino, que ya en 2004 empezó a trazar con el disco Ojalá. Esta noche en La Orotava presenta su último álbum, en el que reinventa temas de artistas tan conocidos como Cecilia, Antonio Vega, Serrat o Sabina.

-En su más reciente trabajo, Pequeñas cosas, además de temas propios, revisita clásicos del pop. ¿Qué le ha supuesto este reencuentro con canciones que forman parte de nuestra cultura musical?

“Ha sido algo muy bonito, además de un privilegio, interpretar canciones que se alojan en nuestra memoria colectiva, que tienen una belleza particular, que nos acompañan desde siempre y que ni siquiera tienen edad”.

-Este álbum ha sido concebido en clave de latin jazz, lo mismo que el anterior, Dos gardenias. ¿Es este ámbito donde Sole Giménez ahora mismo se siente más cómoda?

“Es un espacio que nos permite abordar una enorme variedad de registros rítmicos. Pero que también nos resulta útil para hacer un guiño a las propias canciones, para llevarlas a otro territorio distinto del que conocían hasta ese momento.Los músicos que me acompañan y yo misma nos sentimos muy a gusto abordando ese lenguaje, que además se desarrolla de una forma muy natural. En definitiva, el latin jazz es un estilo que abarca muchas cosas, y justo esa riqueza es la que nos atrae”.

-¿Son los conciertos, el contacto directo con el público, la mejor manera de que una canción adquiera su propia personalidad?

“Sin duda. Son el mejor modo de que adquieran vida. Las canciones en directo cobran una vida que no hallarás en ninguna grabación. Por esa impronta, por esa energía, por esa comunicación con el público y lo que éste también te ofrece… Todo eso se imprime en un tema, y es así que los conciertos resultan una experiencia tan especial”.

-¿Y qué otros estilos, qué otras experiencias musicales le gustaría visitar en un futuro?

“Pues estoy abierta a muchísimas cosas: ¡hay tanta música por visitar, por paladear como si fuera un buen vino! El jazz, por ejemplo, te muestra que hay muchos posibles proyectos por emprender; lo mismo que existen un gran número de canciones por cantar. En todo caso, creo que es el tiempo el que te va guiando, te va revelando cosas”.

-¿Contempla la posibilidad de abordar un trabajo con la totalidad de temas de su autoría?

“Claro que sí. Eso forma parte de los futuribles. Lo que sucede es que también me doy perfecta cuenta del momento que vive la industria musical, y de lo difícil que resulta que esa propuesta cuente con el visto bueno de las compañías. No, no es una buena época, sobre todo porque las casas discográficas no están por la labor de arriesgar por las nuevas composiciones. Pero bueno, siempre habrá que reintentares”.

-Precisamente, éste es un tiempo convulso para la música, donde los modelos impuestos desde hace años ya no son válidos. ¿Cómo percibe la situación, como un problema o como un reto?

“Desde luego, es un reto. Un reto que nos obliga a descubrir cuáles han de ser esos nuevos modelos de negocio, porque, por suerte o por desgracia, la música necesita de un elemento económico que la mueva. Y a la vez, tampoco puedo dejar de verlo como un gran problema. Esos nuevos paradigmas no han aportado un nuevo modelo económico que puedan soportar a toda una industria cultural. Así que son las dos cosas: un problema, pero también un reto que nos obliga a reflexionar, a buscar nuevos caminos”.

-Aunque usted dejó el grupo en 2006, al hablar del grupo Presuntos Implicados, para muchas personas sigue siendo inevitable pensar en Sole Giménez. ¿En algún momento se ha contemplado reunir de nuevo a la formación original?

“No. Es evidente que siempre voy a ser la que cantó durante 23 años en Presuntos implicados, pero también creo que hay intentar moverse por el mundo con coherencia. En esta vida, no sólo en la música, hemos de ser consecuentes con las decisiones que tomamos. Los pasos que das te llevan en una dirección determinada, y por eso considero que pretender volver atrás no sería un acto de coherencia”.