El teléfono, por José Antonio Felipe

Ahora muchos niños tienen teléfono móvil, pero cuando yo era pequeño al no tenerlo, me divertía con un juego llamado El Teléfono. El funcionamiento era sencillo: se hacía un círculo en el suelo con los que iban a jugar y el primero susurraba al de al lado un mensaje que tenía que transmitir al compañero del lado contrario. Lo gracioso era que el último no se enteraba ni papa del mensaje original. Llevado a día de hoy uno podría decir: “Miguel Concepción es un gran presidente”, e igual al último le llegaba: “Menuda decepción se ha llevado la gente”. Yo, ahora lo confieso, solía transmitir mal el mensaje adrede para hacer aquello más divertido.

En el Tenerife han querido recordar nuestra más tierna infancia teniendo a Manolo Sánchez, entrenador ayudante de Antonio Calderón, Andrés García Tébar y todo el que se ponga por delante, como canal.

Admitiendo que las compañías de telefonía tienen unos horarios muy raros para llamar ofreciendo sus productos, debemos descartar esa opción. Tampoco deberíamos de creer que el bueno de Manolo haya llamado a uno de esos call tv que te tienen dos horas para decir el nombre del animal que empieza por mo y acaba con no; así que lo que te queda, que no es poco pensar, es que Sánchez recibe una llamada de, digamos por ejemplo, Pedro Cordero, y que él a su vez se lo dice a Andrés García Tébar.

Me cuentan que lo de ayer en el campo del Rayo B rozó el esperpento cuando Manolo Sánchez, sancionado por portarse mal contra La Roda, gritaba a Ferrán Tacón varias indicaciones desde la grada. El catalán miraba para Manolo mientras Tébar daba otra indicación por otro lado y los aficionados que estaban con el sancionado técnico no acababan de creerse la escena.

Como la política de comunicación del club no permite entrevistar al entrenador ayudante nos quedaremos con la duda y con la libertad de especular, que es de las pocas cosas gratis que quedan, mientras opinamos si esa situación es justa para Tébar, si el manchego acepta eso abiertamente o es solo la sospecha de muchos, o si Pedro Cordero es la mano que mece la cuna del Tenerife.

Mientras ganemos, no pasa nada. Ahora, si esto se tuerce quizás nos damos cuenta de que la situación es de club de pandereta.