El pasado jueves falleció la exconcejal del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife Esther Sarraute. Dejó muchos amigos, cuatro hijos y un marido que mantuvo una entereza encomiable durante esos duros momentos. Esther era una mujer sencilla, sin estridencias, de esas que no pegan mucho con la política actual: sincera, cariñosa y leal.
Hizo siempre lo que creía mejor para el interés general, independientemente de que pudiera molestar a propios o extraños o de que se pudiera equivocar. Y lo hacía a su ritmo, sin prisa pero sin pausa. Un ritmo que, tras conocer su enfermedad, siempre pareció vertiginoso. Hablábamos, prácticamente, todas las semanas; de lo humano y de lo divino, de las alegrías y de las miserias de la política, y no recuerdo una sola discusión con ella (debió de ser de los pocos ediles con los que no discutí). Durante unos meses trabajamos en el mismo edificio compartiendo tareas de gobierno, y el último año del mandato 2007-2011 nos tocó sentarnos a menos de un metro debido a una de esas vicisitudes de la política. Fue un tiempo para las confidencias mutuas, para recordar sus vivencias con mi familia.
Casualmente, se cumplen estos días dos años del fallecimiento (y de la misma dura enfermedad) de otro inestimable compañero del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, Luis Villegas (exdirector general de Empleo y número 7 en la candidatura del PP). Casualmente, Luis y el marido de Esther trabajaron juntos durante muchos años. Y, casualmente, también Luis era un hombre de los que no pegan mucho con la política actual: sincero, cariñoso y leal. Con seguridad ambos estarán ahora en el cielo, felices, esperándonos y, mientras tanto, comentando la actualidad política; y lo harán sin rencor hacia nadie. Y es que Él siempre se lleva a los mejores.
Por seguir con las casualidades, Esther y Luis me dieron muchos consejos, y guardo uno de ellos con mucho cariño, no sólo por lo acertado del mismo, sino porque me lo repitieron en varias ocasiones: “Ángel, no salgas tanto en los medios de comunicación, que irán a por ti”. Pese a que no les hice caso, jamás me espetaron un “te lo dije”. Que Dios la acoja en su seno.
*Exportavoz del PP en el Cabildo de Tenerife y en el Ayuntamiento de Santa Cruz