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Fofana Baha, el barrendero ‘oficial’ de La Postura, es un ejemplo de integración

N. D. | Adeje

Comienza a las siete de la mañana a barrer cada esquina desde el Centro Cultural de Adeje casco, baja a la plaza de la Viña. Atraviesa algunas aceras, sigue por la avenida Constitución, el parque César Manrique, hasta el supermercado Hiperdino, que se encuentra en Los Olivos.

Un carrito y varias escobas son los instrumentos de trabajo de Fofana Baha, de 36 años. Lleva once en Tenerife y proviene de Mali, de un pueblo cerca de Kai, la segunda ciudad del país después de Bamako.

Antes de afincarse en Adeje estuvo en Málaga donde llegó en barco cruzando desde Melilla a través de Marruecos. También en Almería. Toda una aventura de la que sacó muchas cosas positivas, entre ellas un permiso de trabajo por el que estuvo esperando ocho meses y la oportunidad de quedarse en el país.

Este joven es querido en toda La Postura y Los Olivos, no quieren a otro barrendero. Vive en el barrio junto a su esposa y sus dos hijos y en su casa se cocina “estilo africano”.

Cuando llegó hasta Adeje Fofana comenzó a trabajar en la construcción, era dinero fácil en época de bonanza, y luego pasó a la empresa concesionaria de basura, donde lo tratan bien, tiene buena relación con el encargado y sus compañeros.

Define a La Postura como un barrio “tranquilo, para pasear”. Eso es lo que hace por las tardes en su tiempo libre, con sus hijos y su mujer, camina, coge aire. Cuando puede, manda algo de dinero a sus padres que viven en Mali, pero intenta sobrevivir con su sueldo para mantener a su familia de aquí.

También tiene dos hermanos que están en España y conoce a mucha gente que ha llegado en patera, ese viaje incierto dominado por el deseo de cambio pero también con el sufrimiento en el mar. Afortunadamente Fofana Baha no tuvo que pasar por ello. La Asociación de Vecinos Piedra Redonda, de La Postura, ha entregado un reconocimiento a este joven barrendero por su labor con el barrio y capacidad de integración entre la población adejera. Y aunque se muestra reservado, a Fofana no le cuesta esbozar una sonrisa mientra limpia las calles.

Lo peor que lleva Fofana son los excrementos de perro que dejan en la calzada.

Para ello, desde La Postura se está trabajando en una campaña de sensibilización. De resto, afronta el día a día con alegría.