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Las agresiones a profesionales sanitarios crecen con los recortes

Las agresiones a enfermeras han aumentado los últimos meses. / DA

JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife

“Intentó golpearme con una silla y me dijo que me iba a matar”. Así de crudo resulta el testimonio de María -nombre ficticio dado para preservar su identidad-, una de las muchas enfermeras que ejercen en la provincia que han sido víctima de agresiones por parte de pacientes.

Con motivo del Día Nacional Contra las Agresiones en el Ámbito Sanitario, que se celebra hoy, el Sindicato de Enfermería (Satse) advirtió ayer de que la probabilidad de que ocurran este tipo de incidentes es mayor “si la calidad de la atención que se ofrece disminuye por los recortes que se están produciendo en la sanidad pública”. Y es que, según Satse, el 34% de los enfermeros que trabajan en centros de salud del Archipiélago reconoce haber recibido algún tipo de amenaza por parte de algún paciente o familiar. “Sólo le pedí su tarjeta sanitaria y el DNI, a lo que ella respondió chillándome e increpándome a gritos”, recalca María a este periódico.

A diferencia de otros muchos compañeros, que prefieren pasar página, ella sí presentó una denuncia a la Policía Nacional y remitió una carta de queja a la Gerencia de Atención Primaria. Sin embargo, no tiene demasiadas esperanzas en que su protesta cambie la situación.

“No es la primera vez que sucede algo así, e incluso una vez un paciente vino al centro de salud con un hacha. Desde septiembre ya no tenemos seguridad en el ambulatorio, y raro es el día que no ocurre algo”, denota la enfermera tinerfeña, que deja claro que “en el último año han aumentado las agresiones verbales y físicas, y la Gerencia no hace nada por evitarlo”.

En la misma línea se manifiesta el secretario autonómico de Acción Sindical de Satse Canarias, Leopoldo Cejas-Fuentes, quien asegura que las cifras podrían ser todavía mayores, “puesto que muchos enfermeros no llegan a denunciar las agresiones que sufren, en especial las verbales”. Para Cejas-Fuentes, no se puede culpar del mal funcionamiento de un servicio a los profesionales, que también están sufriendo de manera continuada las deficiencias y problemas de la sanidad pública. Sobre todo, cuando un paciente cree que el profesional que le atiende no responde a sus expectativas, se recurre al insulto”, arguye.

Hace sólo dos meses, la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) reveló que Canarias es la Comunidad Autónoma donde más agresiones sufren médicos y enfermeros de Atención Primaria (AP), concretamente el 35 y el 34%, respectivamente. Además, el 80% de los médicos está insatisfecho por la falta de personal y el 65% de los enfermeros por falta de infraestructuras y equipamientos. Estos fueron los principales resultados de una encuesta realizada a 1.500 médicos de Atención Primaria y 1.500 enfermeros de toda España.

“En la mayor parte de los casos no se agrede al médico porque éste haya hecho algo mal, sino porque los pacientes están mucho tiempo en lista de espera y cuando les toca están desesperados”, explica Rodrigo Martín, presidente del Colegio de Médicos de Santa Cruz de Tenerife, quien además informa que el cien por cien de los casos de los que se tiene constancia en la provincia se han producido en la Atención Primaria.

“Una vez que el colegiado ha puesto la denuncia, los servicios jurídicos de nuestra institución se encargan de todo. Ofrecemos asistencia gratuita, facilitamos un seguro y seguimos todo el proceso hasta el final”, incide Rodrigo Martín, quien deja claro que “hasta ahora, todas se han resuelto a favor de los médicos, aunque no todas fueron consideradas como un atentado”.

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Los juzgados canarios registraron el año pasado 14 denuncias por ataques a médicos

Considerados como autoridad pública desde hace dos años, los médicos han dejado de ser presa fácil para los pacientes descontentos con el trato o el diagnóstico recibido. Eso es, al menos, lo que se desprende de las cifras recogidas el pasado año por el Observatorio de Agresiones de la Organización Médica Colegial (OMC), que recoge las denuncias contabilizadas en los colegios profesionales. En Canarias, según explica el presidente del Colegio Oficial de Médicos de Tenerife (Comtf), Rodrigo Martín, el pasado año se produjeron 1,59 agresiones por cada 1.000 facultativos colegiados, una cifra inferior a la media nacional (2,42). En concreto, siempre según datos oficiosos

-muchas de las agresiones no llegan a los tribunales-, en las Islas se produjeron unas 14 agresiones a médicos colegiados, casi un 40% menos que las contabilizadas en 2010 (23).

Martín asegura que “en los dos últimos años se ha frenado la escalada de violencia hacia los médicos, a raíz del endurecimiento de las penas. De hecho, ahora ya se considera la agresión a un médico como un delito de atentado, incluso la agresión verbal”, agrega el presidente del Comtf, quien insiste en que “los ciudadanos, a medida que salen sentencias de este tipo, se frenan a la hora de cometer estos actos”. Se trata de agresiones denunciadas previamente ante la policía, que luego gestionan los colegios. En Tenerife, la cifra de denuncias es algo más baja que en la provincia de Las Palmas, pero apenas difieren.

Por sexos, el 50,4% de los médicos agredidos son varones, y el 49,56% mujeres. El 90,6% de los ataques se dieron en la atención pública, mientras que en la privada sólo se produjo el 9,38%. El 56,72% se dieron en Primaria; el 12,3% en hospitales; el 20% en Urgencias y el 10,98% en otros servicios.

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