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Las flores ocultas en los desiertos

El fotógrafo Steve Mccurry durante la presentación de la exposición sobre su obra en la sede de Cajacanarias. / Fran Pallero

SANTIAGO TOSTE | Santa Cruz de Tenerife

“Steve McCurry no se detiene a mostrar la parte más escabrosa de la guerra, sino lo que la guerra hace a las personas”. Álvaro Marcos Arvelo, director de la Obra Social y Cultural de CajaCanarias, presentó ayer de esa manera a una de las personalidades a las que es inexcusable mencionar para entender lo que ha sido y es el fotoperiodismo.

El fotógrafo norteamericano, autor de Muchacha afgana en el campo de refugiados de Nasir Bagh, Pakistán, una de las más célebres portadas de National Geographic, participó ayer en la apertura de la propuesta con la que a su vez CajaCanarias inaugura en su Espacio Cultural de Santa Cruz de Tenerife la nueva entrega del Foro Enciende La Tierra: una exposición retrospectiva, con 101 retratos y paisajes, que recorre sus últimos 27 años de carrera profesional. Además, McCurry (Pensilvania, 1950) pronuncia hoy (20.00 horas) la conferencia Historias desde el frente, donde relatará sus vivencias en conflictos como los de Birmania, Sri Lanka, la antigua Yugoslavia, Afganistán o Líbano, y las circunstancias vinculadas a algunas de las imágenes que podrán verse en la capital tinerfeña hasta el 29 de junio.

McCurry, quien ha definido su trabajo como la búsqueda de “flores en medio del desierto”, indicó que justo en un conflicto armado es cuando la condición humana se revela en toda su esencia. “En el día a día nos solemos preocupar de asuntos triviales-argumentó-, pero es en tiempos de guerra cuando sencillamente aflora lo imprescindible, esa lucha a vida o muerte”.

Como era de esperar, durante el encuentro con los periodistas se aludió a la imagen de la Muchacha afgana. “Esa fotografía se tomó en 1984, en una mañana cualquiera -comentó-, como también lo fue la del 11 de septiembre de 2001, cuando estaba tranquilamente en mi oficina de Nueva York, consultando el correo, hasta que me asomé a la ventana y contemplé el horror”. “Lo que ocurre es que tuve suerte -agregó el fotógrafo- y se dieron todos los ingredientes para obtener la imagen perfecta; y entre ellos, que el editor del National Geographic percibiese la trascendencia de esa fotografía, que ilustraba la realidad del pueblo afgano en los campos de refugiados”.

India, Afganistán, Tíbet, Cachemira, Camboya, Indonesia, Filipinas, Birmania, Líbano, China, Pakistán, Yemen, Mauritania, Japón, Perú, Honduras, Sri Lanka, Bangladesh, Nepal, Italia y Tailandia. Esas son las paradas del viaje al que nos invita McCurry en esta exposición. / F.P.

McCurry admitió que hay ocasiones en las que la contemplación del drama supera incluso al fotógrafo que ha de dar cuenta de él. “Hay circunstancias que te sobrecogen, pero siempre intentas seguir adelante, aferrándote a que tu único objetivo es contar historias y contribuir a que el mundo sea un poco mejor”.

El autor norteamericano, quien aseguró que con los años la pasión por su oficio no decrece -“la vida es un regalo y hay que aprovecharlo al máximo”, subrayó-, concibe su trayectoria como una búsqueda. “Hay ocasiones en las que ves la fotografía a la primera: simplemente, disparas y la tienes”, detalló. “Otras, sin embargo, estás días y días tras ella hasta encontrarla”.

Y es que, para Steve McCurry, lo fundamental en todo fotógrafo ha de ser siempre su capacidad de observación. “Allá donde voy -detalló-, suelo levantarme de la cama sin ningún plan y salgo a explorar. Porque lo más importante es estar atento a lo que ocurre a tu alrededor”.