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Líderes y aldeanos de Kandahar aseguran que la matanza de civiles a manos de un militar de EEUU fue una “venganza”

EFE | Kabul

Un grupo de líderes tribales y aldeanos de Kandahar ha asegurado que la matanza de 16 civiles acaecida el pasado domingo a manos de un militar de EEUU en esa región afgana fue una “venganza”, según informa la agencia de noticias AIP.

Un centenar de aldeanos del distrito de Panjwai, en el que ocurrieron los hechos, participaron en una rueda de prensa en la que aseguraron que la matanza fue perpetrada por varios militares y no por uno, como afirman Estados Unidos y la misión de la OTAN.

“Un artefacto estalló al paso de un vehículo en la zona de Zangabad, del distrito de Panjwai hace tres días”, explicó este lunes uno de los líderes tribales, Haji Muhammad Shah Khan, en declaraciones citadas por AIP.

“Más tarde, los soldados de EEUU reunieron a varias personas en la zona y les acusaron de haber puesto el artefacto. Dijeron que se vengarían y atacarían a las mujeres y niños de la zona”, añadió.

Según otro aldeano, Haji Muhammad Hassan, la matanza fue perpetrada por un grupo de soldados con apoyo aéreo, pese a que las autoridades afganas y de EEUU, y la misión de la OTAN han atribuido los hechos a un militar aquejado de una supuesta “crisis nerviosa”.

“Si el soldado tenía un problema mental, ¿por qué no mató a los soldados que tenía a su lado?”, se preguntó Hassan.

Los aldeanos pidieron a EEUU, la comunidad internacional y Naciones Unidas que lancen una investigación y amenazaron con una “rebelión nacional” si se produce otro incidente armado contra civiles en Kandahar.

Según fuentes oficiales estadounidenses, el militar salió de su base en la madrugada del domingo para una incursión armada por las viviendas civiles de los alrededores durante la que disparó contra sus moradores, entre ellos mujeres y niños.

Aunque su nombre no se ha divulgado y hay una investigación en marcha, medios estadounidenses han afirmado que el autor de los hechos es un sargento de 38 años que pertenece a la Base Conjunta Lewis-McChord, situada a las afueras de Seattle (EEUU).

De esa base, considerada como una de las más problemáticas del servicio militar estadounidense, procedían también los cuatro soldados de EEUU condenados por asesinar a varios civiles afganos en 2010 y guardar parte de sus cadáveres como trofeos. El supuesto autor de los hechos servía por primera vez en Afganistán, aunque había estado en Irak en varias ocasiones.

El presidente de EEUU, Barak Obama, expresó el domingo sus condolencias a las familias de los fallecidos y repudió el incidente, que su colega afgano, Hamid Karzai, calificó de “imperdonable” por tratarse de un “asesinato premeditado”.

Fuentes militares estadounidense atribuyeron en un principio la masacre a que el asesino había sufrido una crisis nerviosa, aunque posteriormente se mostraron más cautos y apuntaron que hay que esperar a que concluya la investigación sobre el incidente.

El incidente ha agravado el malestar de la población afgana con las tropas de EE. UU., algunos de cuyos soldados quemaron hace unas semanas ejemplares del Corán en la principal base de la OTAN en suelo afgano.

Esa profanación ya causó un estallido de violencia contra EE.UU., con manifestaciones en distintos puntos de Afganistán y una treintena de muertos en disturbios relacionados con las protestas.

Manifestación de estudiantes

Unos 600 estudiantes se manifestaron hoy en Jalalabad, en el este de Afganistán, en protesta por la matanza de 16 civiles perpetrada el domingo por un soldado de EE. UU. en Kandahar, en el sur del país, informó una fuente policial.

Los manifestantes corearon eslóganes en contra del presidente norteamericano, Barak Obama, y pidieron que el militar sea entregado a las justicia afgana, precisó a Efe vía telefónica el portavoz de la Policía de Jalalabad, Hazrat Mohamed.

La matanza ha extendido el sentimiento contra EE. UU. en Afganistán, donde se han proliferado las versiones sobre el motivo y las circunstancias de la masacre.