santa úrsula >

Malestar en La Mancha por la ‘invasión’ de un rebaño de cabras

La regulación del pastoreo, asunto que trae de cabeza a las administraciones públicas. / MOISÉS PÉREZ

LUIS F. FEBLES | Santa Úrsula

En esta ocasión el popular refrán canario “las cabras tiran para el monte” no se ajusta, precisamente, al suceso acontecido en Santa Úrsula. El pasado lunes, vecinos de la urbanización de La Mancha denunciaron que un grupo de cabras, entre cinco y seis animales, deambulaban sin su pastor cerca de la autopista TF-5 con el peligro que ello conlleva, tanto para los vehículos como para las chivas.

Incluso, algunos residentes de la urbanización en cuestión y de la zona conocida como Lomo Román, vieron a las cabras merodear por sus casas sin control alguno. El Ayuntamiento, que niega que los animales hayan llegado a la autopista y menos a las zonas residenciales, explica a este periódico que “sólo accedieron hasta un talud vegetal situado en La Mancha, muy cerca del corral donde un conocido cabrero las custodia”.

Además, fuentes municipales aseguran que “desde que un vecino les avisó de lo que sucedía, un equipo de técnicos del Ayuntamiento se desplazó hasta el lugar para recoger a las cabras y llevarlas al corral. En teoría el cabrero estuvo buscándolas varias horas sin encontrarlas”. En la mañana del pasado martes un grupo de operarios municipales se personó en el corral verificando que todas los animales se encontraban controlados y en perfecto estado.

El cabrero aseguró al Ayuntamiento que en próximas fechas se desplazará con sus cabras a un corral propiedad del pastor en La Corujera. Aunque los responsables municipales quisieron minimizar lo sucedido, lo que está claro es que los corrales improvisados son comunes en la Isla.

La Corporación insular

Por su parte, el consejero de Agricultura, Ganadería y Pesca del Cabildo de Tenerife, José Joaquín Bethencourt, explica que el pastoreo de cabras es una actividad que necesita ser “regulada” para evitar problemas como el ocurrido en Santa Úrsula.

Además, el consejero añade que, “aunque sea un problema complejo, una solución podría ser la definición de las rutas de pastoreo, así como el pasto de los animales en fincas privadas a través de contratos”.