Mercadillo del agricultor > Cristina Valido

Merece mucho la pena disfrutar del ambiente, los productos y las gentes que convierten estos lugares de compras en espacios casi de ocio para las mañanas del fin de semana. Comprar directamente al agricultor da una satisfacción añadida a la exquisitez de sus productos, además hemos conocido recientemente que algunos de nuestros mercadillos empiezan a recibir prestigiosas certificaciones de calidad.

Desde hace años relaciono mercadillo y salud de forma ineludible, volver a casa con productos frescos y de calidad después de las charlas que en cada puesto te ofrecen acaba haciendo de nosotros expertos en cosechas varias y alimentos específicos de cada temporada, por no hablar de precios, que dicho sea de paso, y valorando la calidad, están siempre por debajo de los que en otros lugares te ofrecen.

Conocer a quienes cultivan, reflexionar sobre su esfuerzo y sacrificio, nos recuerda el valor de nuestra agricultura y ganadería, convirtiéndonos en contribuidores del sostenimiento y mejora de la gran despensa natural que este territorio tiene y ha de mimar, nuestra lejanía del continente nos obliga a cuidar y promocionar la producción local como forma también de garantizar el autoabastecimiento si en cualquier momento fuera necesario y dependiéramos solo del producto interior. En tiempos de crisis aún más debemos apoyar a la que se convierte en única vía de ingresos para tantas familias en la Isla. El campo ha dado la bienvenida a quienes le abandonaron en las últimas décadas atraídos por las ingentes y rápidas ganancias que la construcción ofrecía.

Se me antoja casi obligatorio por tanto, para todo el que dice querer esta tierra, que también sienta afecto por lo que la misma produce y no deje de visitar y comprar en cualquiera de los muchos mercados de agricultores que han ido abriendo sus puertas en los últimos años, distribuidos por toda la Isla no hay excusa para no conocerlos.

Una visita que puede hacerse especialmente didáctica y enriquecedora cuando acudimos con los más pequeños, nuevas generaciones que tienen que acercarse y conocer la importancia de un sector que les queda lejano en conocimiento, una oportunidad para hacerles abordar el valor de la buena alimentación y tomar conciencia de el esfuerzo dedicado por mucha gente para que esos productos lleguen a su mesa, productos de primera necesidad por los que el agricultor ha tenido que establecer una importante lucha, la de mantener precios para competir, para no desaparecer devorados por las múltiples ofertas de los grandes distribuidores, incluso cuando esos precios no responden a los costes del producto ni a la dureza y tiempo de trabajo dedicado.

Son muchos los motivos para acudir, y muchas las garantías de satisfacción, hacerse una ruta para irlos conociendo y aprovechar el paseo en la zona elegida resultará muy divertido para usted y su familia. Esa ruta de los mercados que podemos diseñar y adaptar a nuestro gusto particular puede llevarnos cada fin de semana a un lugar distinto, para volver a casa luego con los mejores alimentos para la semana.

*Vicepresidenta y consejera insular del Cabildo de Tenerife