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Mirada Limpia Producciones > Juan Henríquez

Una vez más me he visto gratamente sorprendido por mi hijo César. Aunque nunca tuve dudas de su capacidad, ahora sí, definitivamente, me he convencido de que tiene una férrea voluntad para desarrollar su desenvoltura intelectual, y cuantos proyectos se proponga hacer realidad. Recuerdo aquella vez que me vino a formular que quería dejar el trabajo de montamuebles de oficina y convertirse en profesor; necesitaba de mi apoyo, me dijo. Dicho y hecho. Hoy es un excelente profesor comprometido en el colegio Echeyde, en el Sur, y según mi información, muy querido y respetado por sus compañeros/as de trabajo y de alumnos/as. La siguiente gran sorpresa fue cuando decidió dedicarse al teatro, primero como actor, y después como director y guionista; ambas cosas logradas con éxito, al menos, en dos obras estrenadas y presentadas en público: una reposición de Hamlet y ¡Tenemos hambre! En esta última fui invitado a colaborar en la reforma del texto. Y entre col y col una lechuga, es decir, de cuentacuentos o monólogos para disfrute del público. Y ahora viene la penúltima.

En más de una ocasión hablamos, mejor será decir habló, de su proyecto cinematográfico. Viejo, que así me llama cuando a mí se dirige, me voy a un curso de cine a Valencia; quiero empaparme de las técnicas de dirección, sonido, actores, en fin, tú me entiendes. Les diré que no tenía ni pajotera idea de lo que me hablaba, pero cada doce segundos afirmaba con la cabeza, en silencio. De regreso del curso valenciano supe que estaba rodando algo. Efectivamente, aquel inventario de esquemas mentales y propósitos calculados dieron como fruto Salut, su primer corto magistralmente protagonizado por Olga Gusman y Miguel Ángel Batista. Adelanto que participará próximamente en su primer festival, me parece que es en Huelva. ¿Piensan ustedes que no hay más? ¡Escuchen!

Éste nuevo y flamante hombre del cine, así lo llamaré, ha generado su propia productora, que lleva por nombre Mirada Limpia. Por un momento pensé que era la última, pero cual sería mi sorpresa que, al preguntarle por qué me había llamado la atención, dónde se había inspirado para el nombre de la productora, me respondió que en el texto de una poesía de la que era autor. ¡Encima poeta!

Perdonen que me salga el rejo del padre orgulloso y engreído, pero es que este hijo mío promete un montón. No tengo ni puta idea de hasta dónde puede llegar su ilustrada y proyectada cinematografía; muy lejos, estoy seguro. De todas formas, atraviesa, sin ningún género de dudas, uno de los momentos más felices de su vida al ver colmados todos sus deseos proyectados, ¡pero cuidado!, en breves fechas aparecerá el que será el gran golpe en las pantallas, brotará, para goce y disfrute de los amantes del cine: Reconocer lo. La separata del lo en el título es un enigma que promete. Podéis comprobar todo lo que he escrito entrando en Facebook, en Manos Limpias Producciones, y pulsando me gusta, me haréis más feliz de lo que hoy soy. Y ahora con vuestro permiso, me dirijo a César Henríquez: ¡Felicidades y suerte, hijo!

juanguanche@telefonica.net