ROMÁN DELGADO | SANTA CRUZ DE TENERIFE
A Carlota y a Teresa les gusta pasar el rato con el juego papel, tijera o piedra. El papel gana a la piedra, porque la envuelve; la piedra gana a la tijera, porque aquélla no se puede cortar, y la tijera vence al papel, al que convierte en tiras.
En la mañana de ayer, en otra sesión de fútbol, nervio y alegría, en el estadio capitalino de la avenida de San Sebastián, el Real Madrid Castilla, filial de los galácticos de la capital española, prefirió ser sólo papel y pensó que igual con ello le bastaba, pero cometieron el error de no advertir que en el seno del CD Tenerife alguien iba a sacar la tijera. Y claro… Este instrumento estaba en las manos del entrenador Andrés García Tébar, que lo usó, sobre todo en el segundo tiempo, y así acabó con el papel hecho tiras y tiras, tiras que sumaron tres goles, todos después de que el Real Madrid Castilla dibujara el suyo en un papel que luego se mostró endeble, casi transparente, frágil. Poco gramaje para una tijera bien afilada.
Así que, siguiendo con el símil, la tijera ganó al papel, aunque también hay que decir que en algún momento del partido muchos pensaron que de tijera nada, que lo de ayer iba de piedra, pero no.
La actividad en el palco del grupo de comunicación DIARIO DE AVISOS se inició con nerviosismo: las cosas no se veían nada claras, ni siquiera con la inestimable presencia de Efraín Medina, consejero del Cabildo de Tenerife, que ayer tuvo la amabilidad de aceptar nuestra invitación. Medina es un saco de nervios, y también algo adivino. En su primera entrada en directo en Teide Radio-Onda Cero se mostró convencido de la victoria del Tete, e incluso de que en la segunda parte ésta se consolidaría con holgura, que no de forma sencilla, pues sólo fue holgada en los guarismos.
El que escribe llegó al estadio con un titular en la cabeza que luego la realidad no confirmó. En los prolegómenos pensé en algo así como “un Real Madrid B que juega como el Barça deja KO al Tenerife”. Pero no, la realidad, el paso del tiempo y todo lo que se da en un estadio de fútbol con tanta gente, tantísima, muchos más de lo habitual en el día ayer, es prácticamente incontrolable, y ello fuerza que de lo que se piensa de malas a lo que se logra de buenas cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. La realidad de ayer fue la mejor para los intereses del CD Tenerife, pero yo pensé que palmábamos. Pero esto fue ante de empezar, antes de sacar mi tijera del bolsillo y ponerla en la palma de la mano de García Tébar.