DOMINGO NEGRÍN MORENO | SANTA CRUZ DE TENERIFE

El turismo es uno de los argumentos en contra de las prospecciones petrolíferas autorizadas en aguas próximas a Lanzarote y Fuerteventura. Los detractores alertan del peligro que esta actividad acarrea para el medio ambiente, uno de los valores de la atracción que las Islas ejercen sobre nuestros visitantes.

Sin embargo, no todo es negro o blanco. En otros países de tradición turística le han sabido poner color a esa tormentosa relación con la industria de los hidrocarburos.

Noruega, Brasil y Cuba, además de California, en Estados Unidos, son algunos ejemplos de una convivencia respetuosa. En la paradisíaca Cuba, Repsol realiza un sondeo exploratorio en aguas del Caribe, con una plataforma visible desde el malecón de La Habana. Mientras, el litoral californiano alberga veintisiete plataformas petrolíferas.

Recientemente, la brasileña Petrobras ha encontrado un yacimiento de petróleo de “buena calidad” a 2,021 metros de profundidad en la cuenca marina de Santos (océano Atlántico). La bolsa se localiza a 232 kilómetros del Estado de Sao Paulo.

La intención de la compañía es invertir 20.390 millones de euros hasta 2015 en la exploración y explotación de hidrocarburos para producir unos tres millones de barriles diarios y 75 millones de metros cúbicos de gas.

Pujante en el petróleo, -con problemas de infraestructuras-, el crecimiento económico se atribuye en gran medida al turismo. El World Travel & Tourism Council (Wttc) pronostica un incremento del 7,8% en 2012.

A Noruega, una de las tres piezas de la península de Escandinavia, se la identifica con un esplendoroso paisaje dominado por los fiordos, los valles y los bosques. Con una población de casi cinco millones de habitantes, su renta per cápita supera los 66.000 euros. El sector de servicios representa el 55,7% del Producto Interior Bruto (PIB) y absorbe el 74% de la mano de obra. Cuenta con 1.128 establecimientos turísticos (165.041 camas) y 1. 532. 761 cabañas. El año pasado llegaron siete millones y medio de turistas.
El desarrollo económico y social experimentado en los últimos años ha convertido a Noruega en el mejor país del mundo para vivir, según la ONU.

Fundada en el año 1100 por el rey Sigur el Cruzado, Stavanger es la cuarta ciudad de Noruega en extensión y la tercera más poblada. Dos de sus emblemas son el fiordo de Lyse y el Museo Noruego del Petróleo. No por casualidad, desde la década de los setenta del siglo XX es la capital noruega de una actividad que supone una nada despreciable fuente de ingresos del Estado y que contribuye a la creación de un fondo de garantía del sistema de bienestar.

Tras Arabia Saudí, Rusia, Estados Unidos, Irán, México y China, Noruega es el séptimo productor mundial de petróleo. Dado su bajo autoconsumo, una extensa red de oleoductos canaliza las exportaciones.

El modelo escandinavo combina la libertad de mercado con un estricto control ciudadano sobre lo público. Conforme a la legislación noruega, el ministro de Petróleo asigna licencias a un grupo de empresas para explorar y explotar un bloque determinado. La Concesión en Área Predefinidas dibuja un mapa de las zonas maduras en la plataforma continental. Las licencias se otorgan mediante rondas anuales con criterios de “imparcialidad, objetividad, no discriminación y publicación”.

La propiedad de los yacimientos de hidrocarburos de la plataforma continental y la exclusividad en la gestión corresponden al Estado, que entrega a entidades privadas las herramientas para buscar y producir gas o petróleo. Un documento de la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Oslo detalla que el mar de Noruega dispone de diez campos en producción y cuatro en desarrollo. Esta provincia tiene grandes reservas de gas, que duplican a las de petróleo. Los recursos en el mar de Noruega rebasan los 3.000 millones de metros cúbicos de hidrocarburo (el 29%, petróleo). Al norte, en la demarcación de Lofoten y Vesterålen, se acometen análisis sísmicos no exentos de polémica ante una eventual perforación del lecho marino de esta área turística y pesquera. Un 38% (5.055 millones de metros cúbicos) de los recursos petroleros noruegos (13.431 millones de metros cúbicos) ya han sido extraídos. Los demás están pendientes de estudio. Están localizados íntegramente en alta mar y se dividen en tres secciones: mar del Norte, mar de Noruega y el mar de Barents. Se han perforado sondeos a 50, 100 y 200 metros de profundidad. También, a 1.500, 2.000 y 4.000 metros. El proyecto para Canarias fija un máximo de 3.500 metros.

A fin de que la industria petrolera no colisione con el medio ambiente, Noruega apura su tecnología para la captura y almacenamiento de CO2. Las emisiones y vertidos están regulados por cinco leyes.

El petróleo genera principalmente dióxido de carbono y óxidos de nitrógeno, aparte de metano, dióxido de azufre y otros compuestos volátiles orgánicos.

“El dióxido de carbono de las actividades del petróleo aporta el 31% de las emisiones totales de Noruega (la primera por delante del tráfico rodado, que es el 23%)”, recoge el informe de la legación diplomática española en Oslo. “En su mayoría provienen de la generación eléctrica en las plataformas petrolíferas necesaria para la perforación y extracción de hidrocarburos y para el transporte de gas y líquidos (petróleo y agua) y de las emisiones de la antorcha en los pozos petroleros”.

La expulsión de CO2 ha aumentado “como consecuencia de la mayor madurez de los yacimientos (las extracciones requieren más proporción de agua, por lo que se precisa más energía) y por la mayor producción de gas”. La introducción de impuestos, la inclusión de las instalaciones offshore (alejadas de la costa) en el régimen de cuotas y conectar las plataformas con la red eléctrica continental noruega (de origen hidroeléctrico) constituyen tuercas esenciales en el engranaje de protección medioambiental. Otras son el fomento de las energías renovables en los centros de producción y el almacenamiento de CO2 en yacimientos agotados o en formaciones geológicas bajo tierra.

El entendimiento entre las autoridades y la industria se ha traducido en una disminución de hasta el 90% de la contaminación de los vertidos procedentes de las tareas de perforación y extracción del petróleo.

Gran parte de los ingresos computados por Noruega en sus actividades petroleras son invertidos en empresas y bonos en todo el mundo a través del Fondo Estatal de Pensiones (SPU), que garantiza el derecho a un trozo del pastel (beneficios) de las entidades mercantiles que cotizan en bolsa.

Oportunidad de negocios
Salvando las distancias, en Cuba se ha abierto una nueva oportunidad de negocios. El Gobierno prioriza la inversión extranjera en turismo, petróleo, minería y generación de energía. La contribución del capital foráneo servirá para “continuar avanzando en la actualización del modelo económico”, se lee en un informe del Centro de Promoción del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera de Cuba.

Con más de 110.860 kilómetros cuadrados (más de 300 playas) y 11.242.600 habitantes, la mayor de las Antillas “atiende a unas 250 empresas mixtas”. En el turismo, Cuba recaba la colaboración para edificar hoteles y diseñar campos de golf profesionales (18 hoyos), al tiempo que en el petróleo ofrece contratos de exploración en su zona económica exclusiva del golfo de México (alta mar) y en aguas cercanas.

Las inversiones extranjeras en el petróleo desplazaron en 2008 al turismo en volumen de capital. Ese vuelco no es ajeno a la refinería de Camilo Cienfuegos, que lleva cinco años operativa.

Si bien Cuba produjo en 2011 alrededor de cuatro millones de toneladas de crudo, el presidente Raúl Castro ha creado el Ministerio de Energía y Minas para supervisar las prospecciones en el golfo de México. De las 59 parcelas en las que se distribuyen los 112.000 kilómetros cuadrados de su jurisdicción, 22 están en manos de un consorcio integrado por Norway’s Statoil, la española Repsol, la india OVL y la venezolana Pdvsa.

La producción cubana se concentra en un tramo de 128 kilómetros de costa entre La Habana y Matanzas, en el norte.

California (EE. UU.)

Avances tecnológicos. Casi 30.000 pozos petrolíferos se cerraron en California durante los ochenta y comienzos de los noventa del siglo XX. El bajo precio no compensaba los altos costes de extracción. En 2006 regresó la rentabilidad: 45,31 euros por barril. Los avances tecnológicos facilitan las tareas. De los 22.000 millones de barriles de reservas que acumula Estados Unidos, 3.500 están en el subsuelo californiano. En 2011 se estrenó el primer invernadero de paneles solares para recuperar con vapor de agua el petróleo enterrado. El Ministerio de Energía calcula que con el invento de Glass Point se podrían sacar hasta 240.000 millones de barriles. En los yacimientos nuevos siempre hay una proporción de agua con el crudo y los depósitos de petróleo sólido no pueden estar a mucha profundidad, porque el vapor a excesiva presión se transforma en líquido.

Brasil

A 7.000 metros de profundidad. La compañía estatal Petrobras incrementará este año su producción de crudo en 336.000 barriles diarios. La quinta petrolera del mundo por valor de mercado espera alcanzar en 2020 los 6,4 millones de barriles de petróleo y gas natural. El Instituto Brasileño de Petróleo y Gas (IBP) interpreta que el sector petrolífero habrá de asumir “un importante papel en la economía nacional por el efecto anticíclico de sus excesivas inversiones y su demanda de bienes y servicios”. De todas las plataformas que operan en el presal brasileño, la que explora en mayor profundidad es la de Tupi, en la cuenca de Santos. Se trata de un modelo revolucionario, por su resistencia a la corrosión, a las altas temperaturas y a la presión. La prospección se efectúa a 7.000 metros de profundidad.

Cuba

El ‘Scarabeo 9’ frente al malecón. El Scarabeo 9 llegó a aguas cubanas a mediados de enero. Esta plataforma de última generación, fabricada en China y Singapur, perfora a unos 50 kilómetros al noroeste de La Habana. En febrero la visitó, a 22 millas del puerto de Mariel, el presidente de Repsol, Antonio Brufau. Se busca petróleo a 1.700 metros de profundidad en el golfo de México. Las estimaciones oficiales son de 20.000 millones de barriles de crudo. El Scarabeo 9 es una estructura moderna, equipada con tecnología puntera para la extracción de crudo, cuya superficie equivale a un campo de fútbol. A lo alto mide 45 metros. El 15 de marzo entró en vigor una resolución aduanera para agilizar las operaciones de exploración de petróleo en aguas profundas de la zona económica exclusiva.