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Prisión provisional sin fianza para los tres secuestradores de una mujer en Salou (Tarragona)

EUROPA PRESS | Tarragona

El juez ha decretado este viernes prisión provisional sin fianza para los tres detenidos acusados de secuestrar a una mujer en su casa en Salou (Tarragona); Miquel R.F., Eduardo R.A., y David R.M, ha informado el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) en un comunicado.

A Eduardo R. A. y David R. M. se les imputan delitos de violación de domicilio, secuestro y violación, mientras que a Miquel R. F. se le imputan delitos de violación de domicilio y secuestro.

En declaraciones a Europa Press, el inspector jefe del Área Central de Investigación de Personas de los Mossos d’Esquadra, Jordi Domènech, ha explicado que la mujer, de 59 años, sufrió una agresión durante su cautiverio, que duró desde el martes por la noche hasta el miércoles a las 14 horas.

Los secuestradores reclamaban al marido, un empresario dedicado a la importación y exportación de pescado a gran escala, la suma de 250.000 euros que les debía de un préstamo para un negocio que no funcionó.

La mujer fue rescatada “en estado de shock” por un operativo del Grupo Especial de Intervención (GEI), que se precipitó después de que se perdiera la comunicación establecida entre el marido, de viaje a Dakar por negocios, y los secuestradores.

Finalmente, la mujer tuvo que pasar por el hospital aunque fue atendida de un ataque de ansiedad por las ambulancias que se trasladaron al lugar, y este viernes ha podido ir a declarar al juzgado de Tarragona que lleva el caso.

Negocio con clan gitano

Según han detallado fuentes cercanas al caso, el marido había pedido dinero para un negocio de exportación de contenedores a China a los secuestradores, de un clan gitano y con antecedentes por otros delitos violentos, aunque al parecer la inversión acabó mal.

Por ello, los tres detenidos se plantaron en la casa del matrimonio, en el número 11 de la calle Barcelona de Salou, para secuestrar a la mujer cuando el marido estaba ausente, y les abrió la puerta confiada porque les conocía.

Una vez dentro, desconectaron todos los cables telefónicos e impidieron que la mujer se comunicara con el exterior, además de contactar por teléfono móvil con el marido en Dakar para reclamarle el dinero.

A medianoche, la mujer logró volver a conectar el teléfono para alertar a su hija, que fue quien denunció el caso a los Mossos.

Entonces se desplegó un dispositivo en el que han participado agentes del Área de Investigación Criminal de Tarragona, que acordonaron la zona y empezaron a vigilar todos los movimientos, y la Unidad Central de Secuestros, que contactó con el marido, que se avino a colaborar y dio toda la información del caso, ha indicado Domènech.

Todo se precipitó al perder la comunicación con los secuestradores, porque se desconocía si tenían armas y hasta qué punto eran peligrosos, por lo que se pidió la intervención del grupo de élite de los Mossos, que actuaron “con la fuerza necesaria y con orden judicial”.