Maldito parné >

¡Qué ‘crudo’ lo tiene Canarias! > María Fresno

El petróleo está de moda. La crisis, el paro, la pobreza, los recortes y los impuestos han pasado a un segundo plano. Esta semana no se ha hablado de otra cosa. Paulino Rivero llevó al debate sobre el estado de la nacionalidad canaria su pulso contra Soria. El ministro canario del Partido Popular habla ahora más que nunca y critica al Ejecutivo nacionalista por atemorizar a los ciudadanos en contra de las prospecciones petrolíferas. Y los canarios, cómo no, salen a la calle a manifestarse en contra del crudo.

En un momento en el que el Gobierno va a subir los impuestos, nos ahoga una huelga general y la tasa de paro supera el 30%, no hay mejor estrategia que darle a la plebe algo con lo que entretenerse, como hacían los romanos con el recurrido panem et circenses. La situación estos días ha llegado a tal punto que el presidente del Gobierno -eso sí, por defendernos a todos nosotros-, es capaz de aliarse con los ecologistas para destruir al enemigo.

Pero ¿cuándo saldremos a la calle para protestar por unos políticos que colocan en las empresas públicas a directivos con unos sueldos vergonzosos? ¿Y para reclamar que solucionen los problemas del empleo, de la sanidad y de la educación? Esto no mueve masas.

¿Y la imagen que estamos dando en el exterior? Mejor ni imaginarlo. Somos un territorio conflictivo con las multinacionales. Protestamos cuando los grandes centros comerciales quisieron instalarse en las Islas porque iban a perjudicar al pequeño comerciante. Pero no nos alegramos por los empleos que generaron. Ahora nos quejamos porque Repsol va a poner unas plataformas petrolíferas a 60 kilómetros de las costas de Lanzarote y Fuerteventura. La razón es que son peligrosas y pueden provocar catástrofes naturales. Además, los turistas van a dejar de venir.

Sinceramente, no creo que ningún inglés, alemán, sueco, chino o español deje de visitar Canarias porque haya una plataforma en nuestras costas. En cuanto al riesgo de desastre natural, ya lo tenemos, ¿o es que Marruecos está tan lejos que un accidente en sus plataformas no nos afectaría? Está claro que de la crisis no salimos solos. Necesitamos capital exterior, y si viene una gran empresa con intención de generar negocio e invertir en el Archipiélago, directa o indirectamente, no podemos perder esta oportunidad. Sería un suicidio. Es verdad que Repsol no nos va a sacar de la pobreza. Pero sí que sería una descortesía cerrarle las puertas a una oportunidad como ésta.