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¿Qué nacionalismo? > José Carlos Alberto Pérez-Andreu

El nacionalismo, tal y como está concebido hoy en día en nuestro Archipiélago, tiene los días contados. El próximo mes de junio el patriotismo canario que circunda a Coalición Canaria se reúne en un congreso nacional que debería poner muchas cosas en su sitio, de cara a que propios y extraños sepan cuáles son las líneas directrices (y sobre todo diferenciadoras) de las formaciones políticas con sede central en Canarias. El objetivo último entiendo que debe ser el recuperar la ilusión perdida. Se hace inevitable la articulación de todo un discurso en torno a los principales desafíos que azotan a nuestras Islas; un abecé que maneje toda la ciudadanía que hoy yace desorientada víctima de las impredecibles decisiones nacionalistas. No se puede ilusionar a nadie sin objetivos por los que pelear o en los que soñar. Y la población no los percibe con la fuerza suficiente. Un ejemplo de la desorientación, es la postura ante las prospecciones y extracciones petroleras en torno a Canarias.

A CC le toca decidir hacia dónde debe ir los próximos diez años, y dejar de vivir de las rentas de la obsoleta ideología que se trazó hace veinticinco. Urge una renovación de ideas casi absoluta en un contexto, nacional e internacional, que habla de homogeneización económica y fiscal. Nosotros, los canarios, no somos ni vivimos como el resto; y si hay un momento y un lugar para clamar por el equilibrio ante nuestras diferencias, es éste. Si hay un día para el nacionalismo, es hoy. Los empresarios canarios de toda índole viven dispersos y angustiados ante una realidad económica que los tiene con la soga al cuello. El nacionalismo saliente del congreso nacional de junio debería proporcionarles toda una suerte de soluciones por las que luchar, y conseguir volver a unir un tejido que un día fue uno, y que hoy, sin ningún remedio que los anime, campa por sus maltrechos respetos. No hay nacionalismo sin un proyecto económico moderno y diferenciador. No existe, no es viable.

El nacionalismo canario debe demostrar su valentía en una propuesta de máximos económicos e ideológicos. Tiene que decir, porque ha llegado el momento, aquí están nuestras líneas a seguir y conseguir; por esto nos vamos a partir el pecho. Llega la hora de poner meridianamente claro, cuál es la diferencia entre votar a Coalición Canaria en contraposición al Partido Popular o al PSOE. Deben prepararse para plantear la gran batalla. Recuperar el orgullo y reconstruir el lobby necesario para volver a pelear en Madrid y en Bruselas por nuestros intereses. Hoy es el momento de redefinirse y, sobre todo, de quitarse los complejos. Lo obvio es que Paulino es el mejor estratega. La gran duda, es si tendrá la capacidad de sobrellevar las responsabilidades del partido y las del Gobierno. Aunque, en cierta medida, es lo que lleva haciendo siempre.

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