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Tanganillo (II) > Benito Cabrera

A nivel musical, en el Tanganillo destaca la necesaria reiteración de los versos, ya que la melodía no alcanza para completar una ejecución silábica completa. Asimismo, el escaso recorrido melódico hace que se utilice una alternancia de tonalidades (habitualmente, a distancia de una cuarta) para solventar una posible monotonía interpretativa.

Nos ocupamos la pasada semana en mostrar algunas referencias peninsulares que -en su texto- están emparentadas con nuestro Tanganillo, acaso más próximas a las encontradas en Gran Canaria, toda vez que se usa la voz Estribillo para el comienzo de las estrofas. Por abundar en estos paralelismos, citamos una nana de Albacete: Al estribillo / al estribillo / que una pulga saltando / rompió un lebrillo. / A la nana nanita… También en esta provincia, en la comarca de Sierra de Segura, se emplea la siguiente estrofa: Ole, con ole, con ole /al estribillo / una pulga saltando / rompió un lebrillo.

Sigue siendo un enigma el porqué del uso de la palabra Tanganillo en Tenerife. Elfidio Alonso propone que la alusión a la pulga que salta y rompe el lebrillo (también presente en estrofas peninsulares) hace referencia a estar “en tanganillo”, es decir, en desequilibrio, sostenido aquel por un palo o caña.

En este sentido, cabe reseñar el juego tradicional que jugaban los niños de Jiloca (Teruel), llamado el Juego del Tanganillo, que consiste en una caña de cierta inestabilidad (tanganillo) al que se tiran monedas.

Otra estrofa habitual en nuestro Tanganillo es: Clavellina encarnada / rosa en capullo / no le digas a nadie / que yo soy tuyo. Cuya correspondencia peninsular la hayamos en una antigua nana andaluza: Clavelito encarnado / rosa en capullo / duérmete, vida mía / mientras te arrullo.

Un delicioso ejemplo más de las laberínticas idas y vueltas que protagonizan nuestros géneros folklóricos.