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Un sistema educativo de éxito para Canarias > José Miguel Pérez García

Algunas de las reacciones publicadas tras la reciente presentación del Informe PISA para Canarias han generado una polémica inútil. Hemos visto como en algunos casos se han resaltado cosas contrarias a las recogidas en dicho Informe. Está lejos de mi intención en este momento cuestionar el hecho de que cada cual exprese con libertad las consideraciones que crea convenientes.

Mi propósito no es otro que invitar a toda la Comunidad Educativa a trabajar conjuntamente para lograr el más amplio consenso social que nos permita construir un sistema educativo de éxito para Canarias.

El Informe PISA para Canarias vuelve a llamar nuestra atención sobre una verdad que parecía olvidada: la vía óptima para mejorar el rendimiento de nuestra juventud en las pruebas internacionales y nacionales es que toda la sociedad canaria esté convencida de la importancia de la educación. Junto a esta sencilla, pero necesaria recomendación, el informe recoge varias decenas de orientaciones que merecen nuestra atención y un profundo proceso de reflexión y diálogo entre todos los sectores educativos.

Desde luego, el Informe no debe utilizarse como un arma arrojadiza contra el profesorado ni contra las familias. Reitero, como hago siempre que tengo ocasión, que nuestro personal docente constituye el mejor activo para lograr la mejora de los resultados académicos. Aunque se conoce mal, su tarea es imprescindible para toda la sociedad.

El informe incluye algunos hallazgos muy significativos sobre nuestro sistema educativo junto con ejemplos de buenas prácticas instauradas en otros países, pero, sobre todo, incluye dos elementos de gran valor: un modelo explicativo que puede ayudarnos a entender los resultados obtenidos por nuestros estudiantes y unas orientaciones fruto del conocimiento adquirido sobre la educación en Canarias y de la amplia experiencia internacional del equipo revisor. En esta breve reflexión personal sobre el informe me gustaría detenerme en estos contenidos.


El modelo explicativo del informe

Empezando por los hechos más significativos, me gustaría destacar tres. En primer lugar, Canarias padece un estatus socioeconómico muy bajo que nuestros centros educativos no logran compensar eficazmente. En segundo lugar, nuestro sistema educativo es muy equitativo pero los rendimientos se distribuyen de una forma preocupante, con muchos estudiantes en los niveles más bajos y pocos estudiantes en los niveles más altos. En tercer lugar, nuestro sistema educativo soporta una tasa de repetición que entraña unos costes sociales, económicos y personales que resultan excesivos.

Pero estos hechos, con ser importantes, perderían buena parte de su significado si no estuvieran conectados a un modelo explicativo que a mi juicio, resulta muy verosímil. Los resultados se explican por los cambios asociados a distintos factores, externos e internos al centro escolar, y al efecto conjunto que producen cada uno de ellos. Así, por ejemplo, el 9% de la variabilidad en el rendimiento entre los estudiantes canarios es atribuible a su entorno socioeconómico. Mientras que los factores relacionados con el clima escolar representan un porcentaje similar: los factores asociados a las características del alumnado dan cuenta del 9% de la variación del rendimiento escolar en Canarias (muy por encima de la media de la OCDE (6%) y superior a todas las demás regiones españolas), los factores asociados al profesorado, al liderazgo de los equipos directivos o la calidad de la enseñanza, explicarían otro porcentaje de las variaciones en el rendimiento.

Así pues, son muchos los factores que interaccionan para que nuestro alumnado alcance unos determinados logros académicos. Ninguno de ellos por separado puede dar cuenta de la totalidad de los resultados, pero todos y cada uno de ellos interviene en su consecución.

Si aceptamos este modelo explicativo deberíamos compartir una conclusión: sólo mejoraremos nuestros resultados si todos los agentes educativos actuamos responsablemente y orientamos nuestras acciones en la misma dirección. Este es, al menos para mí, el sentido que tienen las numerosas orientaciones prácticas que aparecen en el informe y de las que sólo mencionaré algunas.


Las orientaciones del Informe

El equipo revisor de PISA nos aconseja adoptar medidas que mejoren la gestión del sistema educativo (potenciar la autonomía de los centros, impulsar una cultura de evaluación, definir un patrón de gasto más eficaz, modificar la estructura retributiva del profesorado estableciendo más incentivos vinculados a la mejora…), medidas destinadas a mejorar el aprendizaje (fomentar una mayor participación familiar, evitar la repetición de los estudiantes, modificar el currículo de secundaría haciéndolo menos académico, estudiar el impacto de la jornada escolar y las vacaciones de verano sobre el aprendizaje, fomentar los programas de atención a la infancia…), medidas que contribuyan a mejorar la enseñanza (mejorar la estructura de la carrera profesional docente, impulsar una formación inicial y continua del profesorado actualizada, promover una estrecha relación entre las universidades y los centros educativos…) y medidas que podrían mejorar el funcionamiento de los centros educativos (aumentar su nivel de autonomía, potenciar el liderazgo de los equipos directivos y la capacidad ejecutiva de los consejos escolares, reforzar la funciones de apoyo y de rendimiento de cuentas que ejerce la inspección educativa…).

Todas y cada una de las medidas enumeradas podrían contribuir a mejorar nuestro sistema educativo pero ninguna de ellas lo hará por sí misma, ni tampoco lo harán si no forman parte de una propuesta armonizada que contribuya a multiplicar los efectos positivos de cada una de ellas. Por eso necesitamos, ahora más que nunca, un gran acuerdo social que nos permita construir un sistema educativo de éxito para Canarias.

José Miguel Pérez García es Consejero de Educación, Universidades y Sostenibilidad del Gobierno de Canarias