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Una buena pieza > Jorge Bethencourt

A un imán de los que no se pegan en la nevera, sino de los religiosos, se le fue la olla explicando las derivadas de la sura 4:34 del Corán. Se explayó enseñando a los feligreses cómo hay que pegarle a las esposas desobedientes sin advertir, en el arrebato de la oratoria, que le grababan las fuerzas de la seguridad del Estado, con lo que previsiblemente se le van a caer todos los pelos de la barba por incitar a la violencia de género.

La vieja Europa tiene un problema. Los euroburócratas que quieren hacer lo políticamente correcto están entre la espada y la pared en sus relaciones con las estucturas religiosas. Con una mano defienden la libertad de culto y permiten la expansión de las mezquitas, pero con la otra tienen que actuar cuando la grey que acude a la llamada de los almohaicines recibe instrucciones precisas de cómo cascarle a una de las varias esposas que puede tener un seguidor del Islam.

No es el único contrasentido. La Iglesia Católica tiene organizaciones y patrimonio sembrado por la práctica totalidad de los países de Europa y recibe subvenciones de muchos de ellos. Cuando la Comisión de la Unión Europea adelanta que va a exigir a las grandes empresas del continente la aplicación de la cuota de mujeres en los consejos de administración, ¿Está incluyendo a la cúpula de poder del Vaticano? ¿Incluyen la incorporación de las mujeres al sacerdocio y, por tanto, a los sínodos eclesiásticos?

En nuestro país podemos ver a mujeres, como Esther Koplowitz, dirigiendo un gran empresa. No son muchas, es cierto. Empezaron hace poco. Pero lo que no podremos ver es que nuestro jefe del Estado sea una mujer. No con las actuales leyes. Y tampoco podremos ver como Papa a una mujer. Ni como obispo. Así que bien está que se le caigan los palos del turbante a un imán que predica la violencia contra las mujeres, pero con ese jabón no se lavan todas las manos de quienes toleran, aceptan y callan otros flagrantes incumplimientos de las mismas leyes con las que se llenan sus bocas políticamente correctas.

No se engañen. El imán es una buena pieza…de caza menor. Que se consuele en el talego leyendo como el dios de los que le juzgaron considera que “la mujer cuando conciba y dé luz a un varón, será inmunda siete días. Y si diera luz a una niña, será inmunda catorce días…”(Levítico 12:2,5). Pura coherencia inmunda.

Twitter@JLBethencourt