N. DORTA / T. FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

“Estaba revisando una página de artículos de segunda mano y, de repente, un pantallazo me anuncia que la Policía ha detectado que visito páginas de pornografía infantil, que han bloqueado mi ordenador y que si quiero volver a utilizarlo tengo que pagar cien euros.

Yo no tengo nada que ocultar, pero en esos momentos te quedas a cuadros”. Así explica Javier -nombre ficticio-, uno de tantos tinerfeños a los que, en estos últimos meses, han intentado estafar a través de Internet con un timo que mezcla la suplantación de símbolos del Cuerpo Nacional de Policía con el pudor sexual de los posibles incautos. Y, al parecer, funciona.

“Desde hace unos dos meses he visto el pantallazo en nueve o diez casos, pero se ha multiplicado el número de los clientes que han venido a formatear (borrar el disco duro para empezar de cero) sin dar más explicaciones”, explica José, responsable de una conocida tienda especializada en informática del Sur de la Isla. “La verdad es que del primero hasta me lo pensé, pero cuando al día siguiente llegó una señora ya de cierta edad me percaté de que algo pasaba. Lo malo es que los clientes afectados son cada vez más este mes”.

Algo parecido ocurre en la zona metropolitana, aunque en la tienda consultada se registra menor incidencia. Paco, su responsable confirma que “conocemos el caso, sí, aunque sólo nos han venido cinco o seis personas. Usan una suerte de spyware que te colocan a través de, por ejemplo, redes sociales y, cuando menos te lo esperas, ahí tienes a la policía acusándote de ver webs porno y hasta de un delito como la pornografía infantil”.

Aunque parece pueril en cuanto se analiza, las víctimas de este timo se multiplican. Lo prueba un quinceañero del Sur que lo contó a José que no convence al padre de su inocencia…

Un delito continuado de estafa y uso ilegítimo de símbolos policiales

Este timo implica la comisión de un delito que resulta evidente: la suplantación de los símbolos del Cuerpo Nacional de Policía con fines ilícitos, y que se castiga además como un delito contra la propiedad industrial desde que en diciembre de 2010 se registrasen los mismos como marcas. Más complicado resulta el de estafa dado que el montante de cada caso, cien euros, es insuficiente y sería una falta. Por ello hay que demostrar una unidad de acción para sustentar una acusación por delito continuado. Lo mejor es no pagar, informar a las autoridades y que un técnico formatee su ordenador para eliminar el spyware introducido en el mismo.