EFE | San Sebastián
El secretario general de Comisiones Obreras (CCOO) en La Gomera, José Ignacio Algueró, ha asegurado que la crisis primero vació la isla de inmigrantes y ahora son los gomeros los que, volviendo a una etapa histórica anterior, se ven obligados a abandonarla en busca de un puesto de trabajo.
En declaraciones a Efe, Algueró afirma que la situación producida por la crisis económica en La Gomera es “un punto más grave” que la media de Canarias y del Estado, puesto que los dos grandes empleadores, empresas constructoras y administraciones públicas, han desaparecido.
Explica que las pequeñas empresas de construcción desaparecieron durante los primeros años de la crisis y ahora las grandes se han visto obligadas a desplazarse al exterior, por lo que la actividad de este sector en la isla es prácticamente nula.
Además, Cabildo y ayuntamientos ya no hacen oferta pública de empleo y no renuevan los convenios con otros organismos para desarrollar planes de empleo.
José Ignacio Algueró destaca que el mantenimiento de la economía de subsistencia a través de pequeños cultivos que dan acceso a alimentos básicos es un elemento que en alguna medida alivia la crisis, aunque, según Caritas y otras instituciones, cada vez son más los gomeros que se ven obligados a solicitar ayuda.
Desde su punto de vista, esta situación da la razón a la denuncia que CCOO hacía desde hace años sobre que se estaba maleducando a la ciudadanía gomera.
“Se creó la cultura de que no era importante la formación, sino tener una buena relación con el político de turno y eso ahora, cuando no hay dinero por parte de las administraciones públicas, se ha convertido en un elemento nefasto”, advierte el secretario general de CCOO.
Ello también ha producido, agrega, que el paro en La Gomera no sólo sea porcentualmente muy importante, sino que además sea más difícil reducirlo porque afecta sobre todo a personas con baja cualificación.
“Muchos se titularon y se preocuparon por formarse y ahora tienen la oportunidad de trasladarse fuera en busca de un puesto de trabajo, pero otros muchos decían claramente que para qué iban a formarse si podían acceder a un trabajo con un buen horario y sueldo”, indica.
En su opinión, es el momento de la formación, en la medida que se pueda, y de la reivindicación, y, como sindicato, de canalizar el malestar de la gente, que “cada vez está más harta de que se les niegue el futuro y eso es lo peor que puede pasar”, concluye Algueró.