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Condenan a una ‘disco’ a pagar 40.000 euros por una agresión

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

Absueltos por lo penal, condenados por lo civil. Una conocida discoteca lagunera ha sido condenada por el juzgado de Primera Instancia número 5 de La laguna a indemnizar con unos 40.000 euros a un cliente que fue víctima de una agresión por parte, según considera probado la juez, de empleados del local aludido.

En la sentencia, que fue dictada hace un mes aunque es ahora cuando ha trascendido su contenido, se explica que la víctima acudió poco antes de las cinco de la mañana del 8 de abril de 2006 a la discoteca en cuestión con dos amigos. Al poco de haber accedido al interior de la misma se encontró mal y varios individuos que sólo han podido ser identificados como empleados del local dada su indumentaria y que llevaban pinganillo, maltrataron al joven a pesar de las quejas de sus dos acompañantes.

Como consecuencia de la agresión, el joven en cuestión sufrió una fractura de húmero que requirió de intervención quirúrgica, pasando tres días en el hospital y 157 de recuperación. Además, ésta no es completa dado que aún presenta secuelas.

Si bien la denuncia (penal) presentada por la víctima no prosperó al no poder reconocer el joven a sus agresores en una ronda de conocimiento, suerte distinta ha corrido -por ahora, dado que la sentencia es recurrible- la demanda civil interpuesta en su nombre por el tinerfeño Bufete De la Vega.

Para fundamentar su decisión, la titular del juzgado referido ha dado credibilidad a los testimonios de los dos acompañantes de la víctima, tanto a la hora de relatar la agresión [“(…) mientras iban caminando hacia la escalera empezaron a forcejear y le tiraron al suelo y tres o cuatro personas le pegaban (…)”] como para identificar a los agresores como empleados de la discoteca [“(…) vestían ropa oscura, gabardina larga y llevaban pinganillo y hablaban entre ellos (…)”].

La jueza también considera crucial el testimonio de dichos empleados, al entender que “a los efectos civiles enjuiciados resulta ciertamente significativo que los empleados que declaran si bien recuerdan los hechos contestan de forma evasiva, argumentando algunos de ellos que se cayó por la escalera, ninguno vio nada y, en conclusión, no se deduce nada claro de sus declaraciones”. En honor a la verdad, al menos uno de los empleados acompañó al joven hasta el centro de salud para que fuera asistido.

Aunque no consta, todo apunta a que la sentencia que nos ocupa será recurrida.