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El comercio del tabaco denuncia el “monopolio” de las multinacionales

Imagen de archivo de un expositor de tabaco, en un establecimiento de Santa Cruz de Tenerife. / DA

DOMINGO NEGRÍN MORENO | Santa Cruz de Tenerife

El sector del tabaco en Canarias está que arde. Los comerciantes (mayoristas, distribuidores y estanqueros) echan humo ante lo que consideran un “abuso de posición” de las multinacionales. “En muchas ocasiones se comportan como si aquí existiera un monopolio”, denunciaron ayer las fuentes consultadas.

Un importador de Tenerife lo contó en primera persona: “Yo traigo la mercancía del paralelo [no la compra directamente a los propietarios de las marcas] y me exigen que no le ponga el precio que yo quiera, sino el que les conviene a ellos”.

Este afectado -“Nos van a llevar a la ruina”- resaltó que lo que él hace es legal desde hace más de un año. “Ahora puedo adquirir el producto donde me da la gana”, apostilló. “Sin embargo”, se lamentó, “pretenden atarme a sus intereses”.

A diferencia de lo que ocurre en el área del monopolio (Península y Baleares), donde los precios son los que publica el Boletín Oficial del Estado (BOE), en el Archipiélago rige el libre mercado. “Eso es así en teoría, pero las multinacionales cogen la norma con papel de fumar”.

En Canarias, explicaron, “las casas entregan una lista de precios recomendados y, en función de eso, el Gobierno fija los impuestos”. Lo que ocurre en la práctica es que suele variar “de un día para otro” y sin previo aviso. “Es como si estuviéramos jugando a la bolsa”, comentó un minorista. “El mercado está loco y nosotros nos vemos envueltos en una nebulosa”. En estas circunstancias, cuadrar las cuentas les cuesta un quebradero de cabeza. “El viernes de la semana pasada compre a 10,40 el cartón y el martes estaba a 8,65”, ilustró un proveedor de máquinas expendedoras. Como tiene unos cien dispositivos y cada uno incorpora una media de dos cartones de una marca en concreto, está perdiendo alrededor de cien euros. Es más, le han “prohibido” vender determinados productos “para no perjudicar el negocio”.

En esta guerra comercial, la tendencia actual es que suben las marcas baratas y bajan las tradicionales. Entre las primeras, Essential (fabricada en Gran Canaria por Dos Santos) se despachaba a 5 euros el cartón y ya está a 8,50.

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La estampilla

Desde finales del año pasado, las cajetillas de cigarrilos que se venden en Canarias llevan una estampilla fiscal que funciona como un sistema de control para que los productos de tabaco tengan licencia de circulación. Es una forma, argumentan los organismos oficiales, de parar el comercio ilegal. No obstante, hay quien cree que se trata de “un traje a la medida de las multinacionales”. Paradójicamente, marcas como Chesterfield costaban “16,32 el cartón antes de que entrara en vigor el precinto y ha pasado a costar menos de 7 euros”.

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