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El hachazo > María Fresno

El recorte del Gobierno se preveía gordo. Y así ha sido. Mariano Rajoy no decepcionó y le ha quitado a Canarias 800 millones de euros de la tarta presupuestaria. Más que un tijeretazo, esto ha sido todo un hachazo. Este recorte ha sido la crónica de un tijeretazo anunciado. Aunque nunca se habló de una cifra tan grande, estaba dentro de lo previsto por el Gobierno regional, pero aún así, no sé si tanta dosis de realidad es buena o mala.

Canarias, desde luego, ya se ha puesto en lo peor. Podemos olvidarnos de hospitales, trenes y carreteras. La inversión en políticas para mejorar el acceso a la vivienda y para políticas activas de empleo también cae estrepitosamente. Si en Sanidad ya se estaba ahorrando en gasas, vendas y conos de oído; en Educación, se acaba de un plumazo con las becas y solo falta volver a la pizarra de tiza y a las clases de 30 niños [hablo de los centros públicos, claro].

Sin duda, a Cristóbal Montoro le ha tocado hacer el presupuesto más austero de la democracia, y ser austero significa ahorrar. Las de Montoro son las cuentas que tienen mayor esfuerzo de consolidación fiscal. Así, pretenden reducir el déficit de las administraciones públicas en 3,2% del PIB, recortar el déficit de la Administración central en 17.800 millones de euros este año, bajar del gasto por ministerios en un 16%; y, lo que más duele, implanta medidas excepcionales de carácter tributario para elevar los ingresos en 12.000 millones de euros, o lo que es lo mismo, sube los impuestos.

Quitando lo que corresponde para pagar las pensiones, las prestaciones para desempleados, el pago a las autonomías y a los organismos públicos, que supone el 66% del presupuesto, queda solo un 34% que no está comprometido. Así que, el Estado, al igual que la mayoría de los españoles, también está hipotecado. Además, se trata de unos presupuestos elaborados bajo la presión de Europa. De hecho, el ministro Luis de Guindos presumió hace poco ante sus homólogos de haber aprobado unas cuentas muy duras, mucho más de lo esperado por la Unión Europea. Pero la verdad es que si Europa hubiera tomado partido en las cuentas españolas, el cinturón estaría mucho más apretado.

Si nadie lo remedia, España llegará con o sin reforma laboral y con o sin presupuestos austeros a los seis millones de parados.

Antes de fin de año, tres de cada diez canarios no cobraban ningún tipo de prestación por desempleo. El mes pasado esta cifra subió a cuatro de cada diez. Y en esto nada tienen que ver los presupuestos generales del Estado. Esta es la cruda realidad.