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El PSC-PSOE hace piña con Pérez para evitar una crisis institucional

DOMINGO NEGRÍN MORENO | Santa Cruz de Tenerife

Los críticos a José Miguel Pérez prácticamente han tirado la toalla a la posibilidad de presentar una candidatura a la secretaría general del PSC-PSOE para evitar la apertura de una crisis institucional. A unos dos meses del congreso, cuya fecha decidirá mañana el comité regional, la búsqueda del recambio no da señales positivas para sus promotores.

A la ausencia de una figura que galvanice las ansias de renovación se une el temor a dilapidar una cuota de poder que no se tenía desde hacía dos décadas. “Algunos de los que podrían ocupar el sitio de Pérez están acomodados y no encuentran argumentos de peso para arriesgar su posición actual”, han puesto de relieve fuentes internas.

Paradójicamente, afines y detractores coinciden en el objetivo de desactivar -al menos por ahora- la bomba de relojería. “Más adelante ya se verá si conviene ir a un congreso extraordinario”, comentaron.

De momento, el líder palmero Manuel Marcos ni siquiera se ha colocado en la línea de salida de una eventual carrera hacia el liderazgo del PSC. La experiencia de marzo de 2010 le ha servido de lección. En aquella ocasión, durante el congreso extraordinario que cerró en falso el relevo de Juan Fernando López Aguilar, Marcos recibió 112 votos (45,72%) frente a los 133 sufragios de (54,28%) de José Miguel Pérez.

Si bien no fue exagerada la diferencia numérica (21 delegados), algunos estrategas de aquella campaña se han distanciado porque “el desgaste no compensa” y ahora hay “mucho más que perder”. Utilizando un símil deportivo, prefieren “jugar a la defensiva” antes que exponerse a una “goleada” que deteriore los ánimos cara a un futuro que, por otra parte, se augura incierto para los intereses del partido socialista.

Con el paso del tiempo, las heridas no han cicatrizado y ya son pocos los que, puertas adentro, esconden su descontento por la “deriva” del PSC. El proceso del congreso federal del pasado mes de febrero se transformó en un campo de maniobras para medir la capacidad de cada sector. Finalmente, los dirigentes del aparato regional respiraron aliviados por el triunfo de Alfredo Pérez Rubalcaba ante Carme Chacón y los soldados del ejército de Aguilar perdieron la batalla sin abandonar las trincheras, con la intención de seguir dando guerra. A la vista de los acontecimientos, el tiro les ha salido por la culata y unos cuantos se han reubicado al calor de la nueva situación.

Mientras crece la debilidad orgánica, José Miguel Pérez se alza como la única alternativa a sí mismo. Así quedó visualizado en la reunión de la ejecutiva que propuso dos fechas para el congreso: el último fin de semana de junio o el primero de julio.

En declaraciones a la prensa, el secretario de Organización, Julio Cruz, expresó su convencimiento de que Pérez repetiría y mencionó la unidad como una de las razones que esgrimió era la de la unidad. “Es el mejor secretario general en este periodo de dificultades, de agobio en la tomas de decisiones que afectan a los servicios públicos esenciales”, arguyó Cruz.

Uno de los problemas colaterales es el de la acumulación de cargos. En Sevilla se refrendó la obligación, que hay quien se toma como una simple recomendación, de compatibilizar como máximo una responsabilidad pública y otra orgánica. A pesar de que es un mandato ya escrito, se va a insistir en ese criterio para que militantes como Aurelio Abreu suelten lastre. El presidente de la gestora de Tenerife, vicepresidente del Cabildo y senador deberá cumplir su palabra y elegir; máxime, si pretende competir por la dirección insular.