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El trabajo bien hecho

Las pruebas de arrastre ayudan a promocionar la excelente labor que realizan los ganaderos de nuestras Islas. / SERGIO MÉNDEZ

LUIS DE LA CRUZ | TEGUESTE

El arrastre es algo más que un deporte autóctono: una seña de identidad y el trabajo bien hecho por los ganaderos tinerfeños, que pese a las dificultades y la época de crisis que nos ha tocado vivir, se lo curran para que sus animales estén como palmitos. No es fácil organizar una prueba de esta magnitud porque se necesita de un apoyo logístico importante. El madrugón correspondiente por parte de los guayeros para que a las 11.00 horas comience la prueba, y que todo esté preparado y listo para el gran espectáculo.

Lo de Tegueste fue una pasada. El reconocimiento al trabajo y la llamada de la Federación Canaria de Arrastre, que preside Pedro Molina, para la implicación de la sociedad tinerfeña con este deporte. Posiblemente, cerca de 5.000 personas se dieron cita el pasado domingo por la Finca de Los Zamorano y pudieron disfrutar al máximo porque cada día que pasa el nivel se supera.

Hay dos velocidades en los arrastres y eso es bueno para este deporte. Los que se preparan a fondo, se lo toman a pecho y van a competir, los guayeros de Primera División, y aquellos que intentan pasear a sus animales y demostrar el amor y cariño por esta modalidad deportiva. Eso gusta a los aficionados porque gracias a ellos puede haber otros que hacen las delicias de los aficionados con su destreza y habilidad en el campo de juego.

Los Hernández

Este deporte viene marcado por familias, que son las escuderías del arrastre. Laurentino Hernández ha creado escuela: sus hijos Juan Tomás, Pedro y también su nieto Jorge están realizando una excelente campaña. Está marcando diferencias en distintas categorías y eso crea competencia con el resto de guayeros.

Esto es bueno para las pruebas porque crea un pique deportivo sano entre los diferentes participantes que intentan tomar el testigo como en su día fue Ayalita, él que marcó diferencias.

La próxima prueba es Valle de Guerra. El lleno está asegurado. Ahora, le toca el turno a los participantes del Grupo B, donde existe también muchísima competencia entre los guayeros.