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Empeorando con todo éxito > Jorge Bethencourt

A nadie se le oculta ya lo mal que está esto. Tan mal que el Gobierno del PP va a dar el sablazo que el mal gobernante da a sus ciudadanos empobrecidos; la subida del IVA. Las palabras que Mariano Rajoy, con profética inoportunidad, se esmeró en dedicarse a sí mismo le han saltado desde el túnel del tiempo para incorporarse a la escandalosa cacofonía política del gallinero español. La España al borde de la quiebra que dejó Zapatero probablemente no tenga demasiadas soluciones. Sólo así se explica que en tan poco tiempo los populares hayan tenido que subir los impuestos directos, hayan producido unos colosales recortes de gasto público y anuncien ahora un incremento de los impuestos indirectos, que gravan el consumo. Algo que les está incinerando ante la sociedad. Existe una cierta justicia poética en que la irresponsabilidad de los partidos políticos se vuelva contra ellos mismos, por su falta de mesura y de perspectiva, por la clamorosa ausencia de una responsabilidad de Estado que debe ser patrimonio de quien gobierno y quien está en la oposición con aspiraciones a gobernar. Todo el exceso dialéctico que los populares manejaron contra las políticas expansivas de gasto de Zapatero les vuelve ahora como la basura lanzada contra el viento. Como les volverá a los socialistas las que están lanzando ahora mismo por la borda de la oposición. La jodienda no tiene enmienda. Los socialistas se ventilaron el superávit de España en una política de gasto que no sirvió para estimular la economía. Empedraron el camino al infierno con la mejor de las intenciones. Los populares intentan reparar el agujero de la caja pública reduciendo el gasto y aumentando impuestos. Pero los dos grandes partidos han evitado enfrentarse a la bicha. El peso fiscal que cae sobre los trabajadores y los pequeños empresarios. La maraña normativa que hace imposible la agilidad en los trámites y ralentiza la actividad económica. El tamaño de una administración a menudo ineficiente, construida en tiempos de una falsa prosperidad y insostenible no sólo por lo que cuesta, sino por lo que gasta. España necesita un pacto de salvación nacional. Necesita de grandeza en unos tiempos de escandalosa mediocridad. El Rey, tristemente, ha dilapidado su papel arbitral. No tenemos a nadie con autoridad moral, civil o penal capaz de elevarse por encima de este pestilente lodazal para pedir, exigir o implorar una conducta política a la altura de la historia. Nos crecen los enanos. Pero no son gigantes.

Twitter@JLBethencourt