TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife
Macro proceso en la Audiencia provincial con doce acusados y una duración estimada de, al menos, dos semanas. Será la Sección Sexta la que desde hoy celebre esta vista oral contra el narcotráfico que se antoja compleja dadas las distintas nacionalidades de los imputados, su alto número y el, por consiguiente, farragoso esfuerzo de la acusación para probar los hechos y de la defensa por negarlos. En total se piden sesenta y dos años de prisión.
Según el escrito de conclusiones provisional de la Fiscalía, al que ha tenido acceso este periódico, fueron los especialistas de la Udyco del Cuerpo nacional de Policía los que, a raíz de una investigación sobre una banda que traficaba con éxtasis, descubrió que algunos de sus componentes tenían contacto con otro grupo organizado que distribuía cocaína, también en el Sur de Tenerife.
Para ello, esta segunda banda -que es la que nos ocupa- reclutaba a mulas (correos de la droga) para que trajeran por vía aérea y desde Madrid la referida droga, tanto a Tenerife como a Gran Canaria.
Siempre según el Ministerio Público, entre los ahora acusados figuran varios eslabones de esta cadena presuntamente criminal, tales como los propios correos, los intermediarios o los revendedores de la cocaína para su ulterior distribución.
Durante la vista oral se relatarán varios registros y detenciones practicadas en distintos días del verano de 2007.
En las mismas, y además de varios kilos de cocaína, la policía se incautó de dos pistola simulada, cerca de 70.000 euros en efectivo, balanzas de precisión, teléfonos móviles y distinto material audiovisual e informático.
Cabe destacar entre estos registros y detenciones dos servicios practicados en julio de aquel año que tuvieron lugar en el puerto de Los Cristianos y en el aeropuerto de Gando.
En el primero de los aludidos, fue la Guardia Civil la que desmanteló una de las supuestas ramificaciones de esta organización que se encargaba de abastecer a los consumidores gomeros. Exactamente fue el día 13 del mes citado cuando uno de los ahora procesados se disponía a zarpar hacia la Isla Colombina con una partida de cocaína que otro de los imputados acababa de comprar en Tenerife.
Tras comprar el billete hacia San Sebastián de La Gomera, los guardias arrestaron a ambos antes de que zarpara la embarcación, hallando en su poder un total de 997 gramos de cocaína e incautándose del Renault Clio que iba a utilizarse en este viaje de tal ilegal objetivo.
En cuanto al segundo de los servicios, la investigación permitió a la Guardia Civil a interceptar en el aeropuerto de Gran canaria a una mula que venía desde Madrid con poco más de tres kilos de cocaína ocultos en su equipaje.
Los guardias dejaron al correo de la droga abandonar el aeropuerto y éste, aún ignorante de su inminente arresto, les condujo hasta otro de los ahora acusados, que era el destinatario real de los estupefacientes.
De forma coordinada y el mismo día en que se prestaba este servicio en Gran Canaria, la policía judicial entraba y registraba, previo permiso, una vivienda en Arona que se reveló como clave en todo el entramado, siempre según la versión ofrecida desde el Ministerio Público.