JOSÉ ANTONIO FELIPE | Santa Cruz de Tenerife

Joaquín Costa, actual presidente del CB Gran Canaria no parece demasiado dispuesto a que la UB La Palma siga siendo filial de la entidad amarilla la próxima campaña. Según apuntó días atrás Canarias7, la directiva del equipo de Liga ACB se debate en dos vertientes: una que quiere seguir llevando a cabo un acuerdo muy fructífero en lo deportivo y otra, en la que entraría el presidente del Granca, que aboga por reducir costes a cualquier precio.

No deja de ser paradójico toda vez que el Gran Canaria no tiene costes añadidos por este acuerdo. La ficha de los jugadores de la UB La Palma cedidos por el club de Las Palmas es pagada por la entidad amarilla mientras que, por ejemplo, los continuos desplazamientos en avión forman parte de los acuerdos que tiene firmados con diferentes compañías aéreas.
Hay un dato más esclarecedor, si el Gran Canaria quisiera tener un filial en LEB, debería desembolsar casi 600.000 euros.

Para el club claretiano es solo una circunstancia más derivada de la crisis, pero para La Palma este extremo podría suponer la supervivencia como entidad de nivel Adecco Oro.
Toni Acosta ha manifestado a lo largo del curso las dificultades económicas que atraviesa el club que preside, incluso mostrándose contrariado por la cantidad económica añadida que le supone disputar los play off de ascenso a la Liga ACB, por lo que el futuro de La Palma parece, a día de hoy, aún más complicado.

Curiosamente a La Palma la puede salvar el buen trabajo que viene realizando estos dos últimos años.

Sin la posibilidad de disfrutar de minutos, jugadores como Óscar Alvarado o Álex López este curso, o Juan Diego Palacios el pasado, difícilmente hubieran llegado a alcanzar el nivel necesario para competir dentro de la ACB.

Una vez el Gran Canaria aclare su futuro deportivo, se empezará a saber si finalmente vencen las tesis de los que creen que el trabajo de La Palma es fundamental, o la del presidente, que se fija en la parte económica.