retiro lo escrito > Alfonso González Jerez

La humanidad de un viceconsejero > Alfonso González Jerez

Estaba a punto de escribir a propósito de una reciente entrevista periodística a Alberto Delgado Prieto, viceconsejero de Cultura y Deportes del Gobierno autónomo, una auténtica joya declarativa, un camafeo de ambrosías deliciosas. Si no me creen ustedes atiendan a su respuesta cuando el periodista le recuerda que anunció su dimisión a finales del pasado año, cuando los recortes del presupuesto autonómico dejaron a su departamento con cuatro perras (perdió más del 60% de lo inicialmente asignado en 2011): “Claro que pensé en dimitir, porque todos somos humanos”. Son fascinantes las implicaciones de este honesto reconocimiento. Desde un punto de vista antropológico, ¿todos los humanos están abocados a una pulsión dimisionaria? Al parecer cuando uno -al menos uno como Delgado Prieto- siente el impulso de dimitir lo hace empujado por su ardiente humanidad, pero cuando se recapacita cabe deducir que se despierta la bestia inhumana que lleva adentro y le recuerda que su futuro posdimisionario es el de un jubilata. Pero no se trata de eso, tal y como el mismo viceconsejero explica más adelante. No dimitió porque se lo pidió, nada menos, el sector cultural. Uno no le ha oído una palabra al denominado sector cultural al respecto, ni siquiera en los varios manifiestos emitidos por lo que se llamó, en su día, el gabinete de crisis. Claro que los empresarios culturales -y los escritores, pintores, actores, cantantes, escultores o cineastas- constituyen un colectivo de varios miles de personas en este país y a cualquiera puede habérsele ido la lengua. En todo caso ahí sigue Delgado Prieto, gestionando la miseria presupuestaria y haciendo pajaritas de papel con el Plan Estratégico para la Cultura de Canarias. Si en el nuevo retortijón presupuestario que prepara la Consejería de Economía, Hacienda y Seguridad la Viceconsejería de Cultura y Deportes sufre otro zarpazo -el cierre del centro cultural en Madrid o la jibarización de Canarias Cultura en Red a través de docenas de despidos- no tengan ustedes ninguna duda: temblará gelatinosamente la humanidad de Delgado Prieto durante un par de semanas, se sumergirá en un enlutado silencio y luego volverán las cosas a su cauce y así seguirán, aunque solo le queden por administrar los posit de su despacho.
Ciertamente se podrían escribir varias columnas sobre la ópera bufa que se ha desarrollado en la Viceconsejería de Cultura y Deportes en los últimos años, pero no vale la pena. Con todo vale la pena rescatarlo de la desmemoria como un síntoma. El síntoma de cómo se entiende, demasiado a menudo, la responsabilidad política y el compromiso con los ciudadanos en este país: como un baile descarado entre el oportunismo fatuo y el cinismo heroico.