El empleo de células vivas para la obtención y mejora de productos útiles para la humanidad, casos de los alimentos y los medicamentos, sustenta la base de la biotecnología. Los avances obtenidos en el desarrollo de esta actividad dentro de las regiones que conforman la Macaronesia, donde nuestras Islas protagonizan un papel de relieve, han sido el eje de la reunión celebrada esta semana en Tenerife por un centenar de investigadores. Su fin: promover y facilitar a las empresas el resultado del trabajo tecnológico y científico que se lleva a cabo en departamentos e institutos de investigación, universidades y otros centros de I+D+i de nuestro entorno más cercano.
Forma parte todo ello del proyecto Biopharmac, una iniciativa impulsada en 2009 con el fin de desarrollar el trabajo en red por parte de investigadores de estas regiones, en el ámbito de la biotecnología y la farmacia. Gracias a esa vocación cooperadora y con el apoyo financiero de la UE, las universidades de La laguna, Azores y Madeira, junto a la Fundación Instituto Canario de Investigación del Cáncer (Ficic), han desempeñado en estos tres años una labor extraordinaria. Y así lo hemos podido constatar desde el Cabildo de Tenerife, institución encargada de actuar como jefe de filas del proyecto, a cargo de la coordinación de todos sus socios.
Ha sido este un período de suma importancia para el trabajo concienzudo en dos ámbitos fundamentales. De una parte, el de la formación especializada de jóvenes investigadores en este campo de la biotecnología. Y de otra, el de la transferencia de los resultados de su investigación, en centros de excelencia, al mundo empresarial y a la sociedad. Porque se trata de aplicar esa investigación puntera en tratamientos efectivos contra enfermedades graves, caso del cáncer. De ahí la celebración de esta jornada, el último de los cuatro encuentros transnacionales previstos en el proyecto Biopharmac, en aras de reforzar la competitividad de la industria biotecnológica y farmacológica de este área del Atlántico y avanzar hacia la sociedad del conocimiento.
No hay que olvidar que nuestra región dispone de tres factores que la hacen diferente, en relación a otros territorios, con lo que esto supone como oportunidad para convertir a la Macaronesia en un referente mundial en cuanto a la competitividad en el sector de la biotecnología y la farmacia. Factores que tienen que ver con las materias primas, las infraestructuras y las personas.
Gozamos, en primer término, de una amplia y rica biodiversidad, fundamental para el desarrollo de esta actividad. Del mismo modo, contamos con espacios adecuados para albergar este tipo de industria, como puede ser -en el caso concreto de nuestra Isla- el Parque Científico y Tecnológico de Tenerife, tanto en sus dos viveros de empresas como en los enclaves futuros de Cuevas Blancas y Granadilla. Y disponemos, además, de una importante masa crítica de investigadores, científicos de enorme nivel, reconocidos internacionalmente, que trabajan en centros como los institutos de Bioorgánica Antonio González y de Enfermedades Tropicales y Salud Pública, ambos de la Universidad de La Laguna, el Instituto de Tecnologías Biomédicas y las unidades de investigación de los dos hospitales universitarios de Tenerife y la propia Ficic.
En definitiva, tenemos los ingredientes necesarios para convertirnos en punta de lanza para el desarrollo y la aplicación de la biotecnología, una actividad que a día de hoy es la gran esperanza de la humanidad. Como nos recordaba estos días el doctor Javier Dorta, presidente de la Ficic, más de 500 millones de personas se han beneficiado, en los últimos 15 o 20 años, de los avances de la biotecnología, en forma de medicinas para más de 200 enfermedades, 150 medicamentos para distintos tipos de cáncer y otros tantos fármacos para el tratamiento de enfermedades infecciosas y autoinmunes. Introducirnos definitivamente en ese campo supone una oportunidad que no podemos dejar pasar.
*Presidente del Cabildo de Tenerife