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Las razones del ADN > Francisco Pomares

Algunos optimistas pensábamos que la educación, la televisión canaria y el viejo villancico de Benito Cabrera habrían hecho algo por superar nuestras viejas rivalidades isloteñistas. Pero el viejo pleito de siempre, ha vuelto a demostrar su vigencia y fortaleza. Desde hace un siglo, Canarias se ha especializado en ganar casi exclusivamente las guerras que pelea contra ella misma. El lío organizando a cuenta del distrito universitario único es otra manifestación de esta forma tan característicamente nuestra de hacer -muy mal- las cosas. Mientras la economía se despeña en la recesión, el paro de dispara, nos suben los impuestos, nos bajan los sueldos y el enfriamiento de la economía europea amenaza al turismo, aquí nos lanzamos sin dudarlo a un nuevo e inútil pulso entre Tenerife y Gran Canaria, a cuenta de algo tan peregrino como el sistema informático que gestionará el distrito único universitario. Los argumentos para justificar la decisión de que se usara el programa informático de la Universidad de Las Palmas -entre otros su gratuidad- parecían solventes y muy razonables en estos tiempos malvenidos. Pero no se trata siquiera de eso: es perfectamente posible que la consejería de Educación se precipitara, se equivocara o gestionara mal la decisión de optar por un sistema informático y no por otro. Pero convertir esa memez en una cuestión de vida o muerte para las islas, en un agravio antitinerfeño primero -y ahora, tras la paralización de la decisión- en un agravio contra Gran Canaria, lo único que demuestra es hasta qué punto andamos perdidos en la selva de lo irrisorio.

La verdad es que no tengo ni repajolera idea de qué sistema informático es el más adecuado para gestionar el distrito único. Y además me da absolutamente igual. Ni la Universidad de Las Palmas ni la de La Laguna le dieron a esa decisión -hasta que los políticos empezaron con su circo de humo- especial trascendencia al asunto. Es una cuestión baladí en medio de la política de recortes económicos y subida de tasas a la que se enfrentan las universidades. Tenemos muchos problemas serios, y este no es precisamente uno de ellos. Pero esta región se calienta muy fácil a cuenta del pleito. Un ejemplo: la vicerrectora de Tecnologías de la Información y Comunicación de La Laguna, Rosa María Aguilar, planteó el lunes que ambas universidades están muy interesadas en que el distrito único salga adelante, y que llevar la cuestión del programa informático al terreno del pleito es inventar un enfrentamiento que no existe. Comentaba yo esas declaraciones con un compañero periodista. Y antes de acabar ya se estaba preguntando mi colega dónde había nacido esa señora. Porque estamos en Canarias, y aquí en Canarias, las opiniones no las dicta la razón, sino el ADN insular.