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Las reformas pendientes en Santa Cruz (II) > Ignacio González Santiago

Santa Cruz de Tenerife tiene tres grandes reformas pendientes, la de sus modelos económico, social y político. En el artículo anterior [publicado el 16 de abril pasado], escribí sobre la reforma del modelo económico, y hoy voy a hacerlo de la reforma del modelo social. Santa Cruz fue históricamente una sociedad muy cerrada. Unas pocas familias pequeñoburguesas, de supuesto abolengo, nunca probado, se repartían una sociedad endogámica que excluía al resto. Las sociedades privadas chicharreras utilizaban hasta hace muy poco, muchos años después de la aprobación de la Constitución de 1978, el sistema de bolas negras, para denegar la admisión a nuevos socios por su condición social o económica e incluso por su raza. Los autoproclamados señoritos de Santa Cruz despreciaban a los que vivían en los barrios, a las que llamaban despectivamente barriadas. La ciudad terminaba en La Rambla y los barrios carecían de las más mínimas infraestructuras. La llegada de la democracia inició un imparable cambio en aquella anquilosada sociedad chicharrera y Santa Cruz comenzó a ocuparse de sus barrios. Pero el reciente y paulatino empobrecimiento de la población, especialmente en los barrios, por la crisis económica, ha vuelto a agrandar la brecha social en Santa Cruz. Las diferencias económicas son cada vez mayores en una ciudad que ya no es capaz ni de dar trabajo a sus vecinos y vecinas. En los últimos años, han proliferado las ONG destinadas a repartir comida en los barrios, debido al desbordamiento del comedor de La Milagrosa en la calle de La Noria y del albergue municipal, en Los Gladiolos. El Ayuntamiento no puede desentenderse de ellas, sino coordinarlas y apoyarlas económicamente, a través de la red de entidades colaboradoras de los servicios sociales municipales que se creó en 2010, para que realicen mejor su imprescindible labor. La no aplicación de la Ley de Dependencia en Canarias ha supuesto un agravamiento añadido a la situación económica de los mayores y las personas con discapacidad en el municipio. Santa Cruz debe impulsar la acción conjunta de todas las instituciones competentes, Estado, Comunidad Autónoma y Cabildo, para que cubran las necesidades reales de los mayores y las personas con discapacidad, descritas en el I Plan del Mayor de Santa Cruz, aprobado en 2009. Otra asignatura pendiente es la vivienda. Santa Cruz suspende año tras año en esta actividad, incapaz de construir una sola casa y de rehabilitar los barrios, que se caen a pedazos. El CCN propone profesionalizar la gestión de la empresa Viviendas Municipales, despolitizarla e incorporar a los constructores locales a su consejo de administración para que cumpla su función de construir viviendas sociales dignas. La creación del Instituto Municipal de Atención Social (IMAS), en 2010, supuso un considerable avance en los servicios sociales municipales, el más importante hasta hoy, pero esa mejora necesita consolidarse con la aportación de más recursos económicos y personales, trabajadores sociales, para poder atender una creciente demanda, debido al empeoramiento y la prolongación de la crisis económica. Santa Cruz demanda un modelo social más justo, que reduzca nuevamente las diferencias entre el centro y los barrios, en el que todos los chicharreros y chicharreros sean tratados igual y disfruten todos de los mismos servicios municipales.

*Presidente federal del CCN y diputado regional / @ignaciogonsan